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LEJOS, CERCA.. No sé lo que será, si la tecnología o la edad, pero las distancias no son lo que eran. Las cosas, las personas, pueden estar lejos físicamente, pero las siento cerca. Puede ser que hace mucho tiempo que no las haya visto, o poco, es igual, están conmigo.
Es el tiempo lo que cada vez percibo de peor manera. Hace bastante que empecé un proceso que parece que sigue avanzando. Ante la imposibilidad de recordar fechas, decidí dejar de hacer el esfuerzo. Ante el estrés que me provocaban los plazos reducidos, ante la depresión que me producía ver cómo fases de mi vida supuestamente cortas se dilataban hasta el infinito, dejé de pensar en ello. Decidí, más bien de forma inconsciente, no contar mis días, mis meses, mis años.
Determinadas particularidades de mi vida han facilitado esta tarea. El no tener un horario fijo de trabajo, ni unos días determinados a la semana, impide que marque un ritmo socialmente normal de siete días. El no tener un horario fijo de sueño, el alternar rachas de dormir con relativa facilidad o ver amanecer sin poder haber pegado ojo, hace que la frontera entre días sea también bastante sutil y difusa.
Tengo tanta facilidad para recordar determinadas cosas, como para olvidar otras. No hay un criterio concreto, pero sucede invariablemente.
El resultado es que la vida se comprime. Todo sucede aquí y ahora, y todos están conmigo.
Publicado el martes, 4 de diciembre de 2007, a las 11 horas y 25 minutos
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