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SUEÑOS (IV). El mundo estaba dominado por la química. Todos estábamos controlados por diferentes tipos de drogas, que hacían que nos comportáramos de una forma u otra. Cualquier tipo de relación afectiva o sexual no existía, y además, era delito. Sólo el Presidente del Mundo tenía derecho a mantener relaciones sexuales, con quien quisiera y cuando quisiera.
Yo intentaba saltarme esta prohibición, lograba deshacerme de los inhibidores sexuales, y casi llegaba a consumar. Justo cuando estaba a punto de convencer a un espécimen de sexo opuesto, la Policía Sexual entraba por la fuerza en mi casa, me detenía y me llevaban ante el Presidente.
Toda esta parte del sueño tiene una explicación más o menos lógica, porque antes de dormirme me había leido Congreso de Futurología, de Stanislav Lem, y el futuro que pinta tiene algo que ver con eso.
Lo que no acabo de entender es porqué el Presidente del Mundo, follador único y macho plenipotenciario, era Mario Alberto Kempes...
Publicado el miércoles, 4 de julio de 2007, a las 23 horas y 30 minutos
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VIAJE DECIMOCUARTO DE IJON TICHY.. Cuando me tocó el turno, el empleado, un ardrita transparente como cristal de roca, me miró con atención, enverdeció (los ardritas expresan sus sentimientos cambiando de color; el verde es equivalente a una sonrisa) y preguntó:
- ¿Un vertebrado?
- Sí, señor.
- ¿Birrespiratorio?
- No. Aire sólo...
- De acuerdo, gracias. ¿Alimentación mixta?
- Sí.
- ¿De qué planeta, si se puede saber?
- De la Tierra.
- Ah, pase entonces a la ventanilla siguiente.
Pasé a la otra ventanilla y vi que tenía ante mí al mismo funcionario o, mejor dicho, su continuación. Estaba hojeando un libro voluminoso.
- Sí, aquí está - dijo-. Tierra, muy bien, muy bien. ¿Viaje de negocios o turismo?
- Soy turista.
- Muy bien. En ese caso...
Llenó con un tentáculo un formulario, alargándome con el otro un papel para que lo firmara, y dijo:
- El tor empieza dentro de una semana. Vaya usted, pues, a la habitación 116, donde se fabrican reservas. Allí se ocuparán de usted. Pase luego por la oficina 67, o sea, la cabina farmacéutica. Le darán comprimidos de Eufruglium, que deberá tomar cada tres horas para neutralizar la radiactividad de nuestro planeta, perniciosa para su organismo... ¿Desea usted brillar durante su estancia en Enteropia?
- No, gracias.
- Como quiera. Aquí tiene sus documentos. Es usted un mamífero, ¿verdad?
- Así es.
- ¡Feliz mamada, pues!
Diarios de las estrellas,Stanislav Lem.
Publicado el viernes, 20 de julio de 2007, a las 14 horas y 20 minutos
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