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TIENES UN E-MAIL. Al igual que la vida, en la película, la relación entre Tom y Meg está llena de encuentros y desencuentros. “More than words”, algo más que palabras. Esa es su traducción. Y esa es la verdad. Porque las palabras nos acercan y nos alejan, nos retransmiten algo que sólo se asemeja a lo que sentimos por... ¿? Esa es la verdad, somos distintos.
Lo que para unos es genial y único, para otros es como una patada en el culo. Y menos mal. Sería escalofriante sentir, pensar, necesitar... lo mismo.
Imaginaos todos queremos a la voz de ya, unos huevos fritos con patatas en pan de chapata y unas fresas con nata. ¡Qué aburrido! ¿Qué cenaste anoche? No me lo digas, huevos y fresas.
Por no hablar de que coincidiríamos todos en la misma sesión y en la misma peli. Se nos ocurría a la vez el subirnos a la parte más alta de la ciudad para ver las luces, o las estrellas. Imaginaos que horror. Seríamos como chinos siempre en procesión festejando el nuevo año del perro, pero sin las tres delicias y oliendo a sobaco ajeno.
Somos distintos aunque necesitamos lo mismo. Sentirnos queridos, valorados y comprendidos.
Lo que a unos nos da felicidad y una sonrisa de oreja a oreja, a otros les produce bostezos o ansiedad. ¡Y menos mal!
Pensaba en mi media naranja. La que no está. O la que debe de estar en viaje de negocios por Afganistán. La que no conozco. ¿Cómo será?
No puede ser igual que yo, y afortunadamente, quizá me complemente siendo como su madre le parió. Sólo espero, conocerle antes de que busque desesperadamente el nuevo modelo de cachaba a reacción con patines con airbag y sistema “Dolby Sound Round”.
¿Tienes un e-mail? Pues disfrútalo.
Publicado el domingo, 21 de mayo de 2006, a las 13 horas y 39 minutos
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