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PLACEBO. Suena como a plebeyo y realmente, es un simulacro convincente.
Siempre me ha llamado la atención el poder de la mente.
Si uno piensa que lo acaba de tomar le va a sentar mal... como sea cabezota de profesión y testarudo por pasión, no sólo le cae mal, sino que le tumba como al hormigón.
¡Cuántas cápsulas, pócimas y ungüentos, tienen eficacia porque pensamos que llevan dentro el genio de la lámpara que nos va a conceder ese deseo!
A otros les da porque les lean la mano y después de haber pagado sus cincuenta eurazos, salen silbando pensando que son hombres nuevos con un imán para los buenos proyectos.
El que no se consuela es porque no quiere.¡Cuántas veces pensamos: eso no será bueno... pero me va sentar de miedo!
Y a veces lo da. Es que si lo analizas da miedo pensar lo atados con celo que estamos: si abusamos de un alimento, - no me meto con los medicamentos porque paso de experimentos -, nos suben las grasas, nos bajan las transamilasas, perdemos dentritos pero ganamos leucocitos... siempre he dicho que las prisas son malas compañías, ya me lo recordaba mi abuela: “Vísteme despacio que tengo prisa”, así que ¿No se podían haber esmerado un poco cuando diseñaron al ser humano? ¿Qué menos que una garantía de un año? Deberíamos de venir con repuestos y opción de acabado. No sé, algo un poco más logrado...
¡El placebo!
¡Cómo nos auto engañamos!¡Cómo logramos desdibujarnos para luego reprocharnos!
El ser humano... ese gran mago que consigue lo imposible y tropieza con torpeza en una simpleza.
Cómo nos propongamos una cosa a degüello... nos dejamos el cuello aunque el resto nos diga: Te estás ahorcando. Nosotros nada... cero cerebro, pero mil y un huevos.
Publicado el domingo, 2 de abril de 2006, a las 18 horas y 30 minutos
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OIR, VER Y.... Dedicar dos días de mi vida buscando un televisor ha sido algo tan apasionante como agotador.
En más de una ocasión he buscado la cámara oculta escondida en el mostrador. Y es que lo veo en una película... y no doy crédito, no me lo creo.
Los créditos empezaron muy bien: toda una sala llena de plasmas con TD. De LCD, con toda clase de siglas que en teoría no iban a llevarme al Nirvana, pero sí a su antesala.
Pero luego según iba transcurriendo la cinta, las cosas no coincidían: Dónde unos te decían: este aparato es el Mercedes de los televisores, otros le llamaban dos caballos.
“Mira, ACÉRCATE, esos negros son rojizos. Y los blancos apagados, sin brillo... En cambio la WXPO, es impresionante... ALEJATE, ves que colorido...”
Yo me alejaba cuando me lo decían, parecía Rompetechos cuando miraba a tan sólo un palmo y medio, y la verdad, en muchas ocasiones cuando me comparaban dos monitores y me decían: “¿Á qué hay mucha diferencia?” No sabía si se decantaban por la de abajo o la de arriba.
Compatible con HD, con mil trescientas sesenta y seis líneas, con filtro de peine y con conexiones HDMI. No sabía si llorar o reír. Aquel dijo ser o no ser, yo le diría a él: tener o no tener.
Es que llega un momento en el que haces un Master y un Postgrado en Sistemas Audiovisuales o directamente, entras en el maravilloso mundo del “Vendedor sonriente”
La suya siempre es la mejor. Y no sé que me da, que es en la que se lleva una mayor comisión. Luego está la otra versión: “No la tengo, luego no es buena”. Para terminar con un lío en la cabeza que no tendrá muy buena cobertura, pero que marea que es una locura.
Después de mirar y remirar, y de haber conseguido tres dioptrías en tan sólo dos días, me he dejado llevar por una intuición y por una fuerza mayor: Si L5 no es agua, yo tengo que estar muy tocada para intentar descifrar una máxima coreana: “Las televisiones ni son buenas, ni son malas, sólo son anticuadas”
Publicado el miércoles, 5 de abril de 2006, a las 15 horas y 13 minutos
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UNTANDO: LA PELÍCULA. Da la sensación que el deporte nacional es la corrupción.
Yo te unto, tu me concedes. Yo la lío, y tu te compras una máquina para contar billetes.
Tan cerca que estamos del Mundial, es una ocasión genial, para formar una selección de mangantes y chorizos.
Jamoncito de Jabugo y un taloncito con muchos ceritos... y ¡OH! Sorpresa no sólo no nos eliminan en cuartos, sino que hasta nos hacen el paseillo.
Qué hay que comprar a todo Cristo... pues ya hemos practicado durante años y mandatos. Qué el árbitro tiene hacer la vista gorda, pues muy sencillo, se le da un cursillo acelerado en cualquiera de los despachos que incompresiblemente están dedicados para dirigir, conservar y preservar que todo sea legal. Y, ¡Ale hop!: ¡Listo para embaucar!
¿¡Quién nos iba a ganar!?
La idea no sólo es cojonuda, es que lo mejor de todo es que es factible. Qué da el cante... pues ya se les pasará. Nosotros ANTES nos llevábamos las manos a la cabeza y gesticulábamos, nos acordábamos de la madre de muchos, hasta nos dejábamos llevar por la ira, la injusticia y la barbarie.
Ahora, ni nos inmutamos. Es más, comentamos: ¿Y cómo se han dejado pillar? No habían estado practicando ya una pila de años... pero si ya eran licenciados, doctorados "cum laude" y "cum un murro que te la pisas".
Yo propongo exportar a esta gente. Adoctrinar al resto del continente con su sapiencia y su saber timar. No hay que ser egoístas y quedárnoslos todos.
Levantas una piedra, o dicho de otro modo, abres una puerta y... las joyas de la corona. Y nunca mejor dicho. Porque son auténticas joyas, ellos, y todo lo que se han apropiado.
Antes se me podría hinchar una vena. Ahora me pregunto: ¿Cuando veré esta película en cartelera?
Publicado el jueves, 6 de abril de 2006, a las 15 horas y 27 minutos
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REBOBINANDO. Con sólo dar a un botón, las imágenes de un peliculón retroceden de un final lleno de acción hasta un principio simplón y aburrido.
Con nuestra memoria podemos hacer lo mismo. Cambiar de siglo.
Una se puede plantar subida a un andamio recuperando un balón perdido, o saboreando cada mordisco de pan con chocolate mientras el “Equipo A” prepara una emboscada al malo malísimo.
Somos como niños cuando recordamos la infancia. Hace unos días tuve la ocasión de escuchar una conversación entre dos hermanos: una abogada y un contable. La conversación derivo a la niñez y pude disfrutar del pataleo y consiguiente pique y cabreo entre un portero, él, y una futbolista que mantenía que aquel chupinazo que dio en el pasillo, fue el golazo del siglo.
Él aparentaría casi cuarenta tacos pero a sus ojos acuosos todavía les faltaban años para conseguir un carné expedido por tráfico.
En aquel momento, mientras se dirigía a su hermana como hace más de veinte años, puede ver a ese enano sollozando por la que habían liado: “¡Fue alta! No pudo ser gol. Fue alta. Por eso rompió el espejo de mama, fue alta...sino la hubiera parado.”
¡Qué diferente se ve la película cuando uno tiene más pistas! Cuando sabes que puede que se caiga, pero que no será nada, porque después está en la barca pescando como si nada.
Asusta la vida. El ritmo de la película. Quizá porque ya lo dice ella misma: es sinónimo de rollo negativo y de cinta.
Quizá a veces sea aburrida, triste y corta, pero es inédita, llena de sorpresas y regalos que nos hace sentir afortunados de ser el protagonista.
Está bien recordar el pasado. Parar en momentos señalados. Pero sobre todo, disfrutar cada segundo porque el guionista no sabemos si tiene pensado que los próximos segundos sean de acción, de aventuras o todo un dramón tristón y puñetero, vamos, un coñazo de letargo.
Pudo ser gol. Pero lo que siempre será es una ilusión.
Amigo, suerte con tu película.
Publicado el viernes, 7 de abril de 2006, a las 16 horas y 57 minutos
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VA DE CULO. Vamos todos de culo.
Alargados, cuadrados, manzanas, peras, respingones, así son los culos de nuestros amores.
Según un estudio, allí dónde vamos, miramos el culo. Y es que según parece el culo nos ennoblece, nos ensalza pero también nos atrapa.
Ya no se lleva estirarse la cara, subirse los pómulos, llenarse los labios... lo de ahora es tener una trasera perfecta. Da igual si es cómoda, mullida o con colchón, lo importante es causar sensación.
Y hay opción: un superculo como el de la Jennifer López asegurado por 300 millones de pesetas: redondo grande y de dos asientos, o por el mismo precio, varios pequeños.
El de pera, según dicen los expertos mirones (llamados antiguamente: viejos verdes) son los que lucen las personas con traseros pequeños. No sé si esas peras traseras producirán tanta agua como las de las fruteras, pero según ese estudio tan agotador como mal oliente, hacen destilar tanta agua al palparlas, como las cogidas y escogidas por el rabo. (Comentarios abajo)
Los respingones tienen otras intenciones, más indecentes pero igual de sobresalientes. Luego destacan los alargados, y aún más con pantalones ajustados. Los cuadrados normalmente vienen de serie en la mayoría de los machos y en las mujeres con grasa en las caderas y en la frente. (¿Ha colado? Pues reíros que yo conozco a una bicho que tiene que tener grasa en el cerebro porque sino no me explico como patina tanto su mente). Y por último, los ideales según los clientes, con forma de manzana (seguro que son buenos también para los dientes), conseguidos a base de dietas, gimnasios, y tras el paso por el quirófano más cercano.
Todos los culos se parten en dos y echan pestes, pero lo más importante es que resultan atrayentes con el movimiento par impar, par impar, alante detrás.
La verdad es que “ir de culo” es la pera. Te hace el pie más pequeño y también la cartera. No vemos más que trasera.
A tomar por...
Publicado el domingo, 9 de abril de 2006, a las 18 horas y 29 minutos
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HAY COSAS QUE SON SAGRADAS. Hay cosas que son sagradas: la siesta, la nómina y las tapas.
Breadheart gritaba su libertad. Nosotros nos conformamos con tomarnos unas tapitas con los amigos comentando de pasada las jugadas tras una clara o varias.
Qué si el mamón del jefe, que si nos vamos a la playa... pero siempre relajados después de una revitalizante y reparadora siesta.
Yo reconozco que “traspuesta” no me quedo, pero aletargada o medio hipnotizada, ¡por supuesto!.
Dicen que el españolito fino después de comer tiene frío. Y tras un apagón en un buen colchón, luego estás hecho un campeón.
En España sabemos vivir. Unos más que otros, pero de serie todos venimos con el sistema de tapeo bailón y un poco colocón.
Siempre me ha llamado la atención como hasta el más peripuesto después de un buen planchado (de oreja), y un buen tapeado (de jamoncito con su bonito, su tomatito...) no sólo es el rey del mambo, sino que alegra cualquier sarao.
Y es que un buen salario hace mucho. Pero un buen descanso quita muchos agravios.
Feliz descanso y que disfrutéis con los atascos.
Publicado el martes, 11 de abril de 2006, a las 15 horas y 30 minutos
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SIEMPRE SUENA EL TELÉFONO.... cuando estoy concentrada descubriendo.
Descubriendo que la iluminada idea que resplandecía en mi cara no sólo era oro en paño, sino, toda la tabla periódica en estratos.
Podrían haberme llamado cuando mis ojos se dejaban caer por unas letras que ponían los pelos como escarpias: "Hacienda en su campaña..."
O cuando me alegraba por ser mujer: “La circuncisión y sus problemas de recuperación”
Pero ¡NO!, en esos momentos debían estar incordiando al que iba a haber sido el Premio Nobel por haber descubierto ese proceso que destruye las células convirtiéndonos en viejos.
Y después, los que me querían vender un apartamento por teléfono, pensaron - para saber lo que es eso-: ¿Y si llamamos al azar, y decimos que son los afortunados privilegiados, que sólo por coger el teléfono, han superado la criba del sorteo ante notario? (Así se debe llamar su canario)
“... Sobre más de cinco mil millones de ...” de ¿desdichados?, que ahora están felices soñando, hablando o estudiando sin que un pánfilo con voz de pito y careto de pingüino, les sobresalte con un: ¡AFORTUNADO, ya tiene piso!
¿Y que no mandemos hombres a la luna... hasta que no estemos seguros de que no nos les devuelvan?
¿Y que con tantos puros y cigarrillos con filtro no vea las señales de humo que le dicen tan a menudo: ¡Estás haciendo el indio!. Vete a casa “Chorlito de la llamada”?
Ya se me ha hinchado la vena... estoy por llamar a una cadena y denunciarles por eso, y por aquello. Por haber sufrido malos tratos en mi tímpano, y por ponerme los cuernos con la siguiente llamada.
Siempre que suena el teléfono esperamos oír nuestros deseos. ¿Y qué obtenemos en cambio? Un piso. ¡Y luego dicen que están caros! Eso es porque no han cogido el teléfono. ¡Afortunados!
Un pensamiento: Dicen que una vida no tiene precio.
...Pues si hacemos una regla de tres y dividimos una vida entre los años, los días, las horas y los segundos que respiramos, obtenemos que ese bandido ladrón, me ha estafado, robado, aniquilado un tiempo más que valioso irrecuperable y lujoso. Así que no se extrañe el próximo canalla atracador si le cuelgo.
Publicado el viernes, 14 de abril de 2006, a las 17 horas y 26 minutos
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FUMATA BLANCA. Los amigos de mi hermano son como los hermanos Marx sólo que en versión original subtitulada al azar: El borde, el enamoradizo y el capuchino.
El borde lo es y lo ha sido siempre. Lo sorprendente es que cae bien, pero cada vez que habla ofende. El enamoradizo es buen chico, es corriente, pero no la produce por mucho que se empeñe. Y el capuchino, ni siquiera es un buen café. No sería más rígido ni aunque tuviera un palo de escoba metido por la eslora. No lleva los hábitos, pero si esos hacen al monje, los suyos irían almidonados y pulcramente llevados.
Para el borde todas las mujeres somos una salidorras. Para el enamoradizo TODAS somos la mujer de su vida. Y para el capuchino: Ave María Purísima, ese tema no se toca. Bajaremos como una paloma y le diremos: ¿? (Dios sabe que cosa)
Sus conversaciones pasan del “esa es una calienta braguetas” a “fumata blanca: habemus ragazza” más rápido que Alonsito ganando una “pole position”
De “¡Otra cervecita! Que seguro que aquella rubia que cruje cae esta noche”, a “No quiero nada que ya es muy tarde y mañana retransmiten la Santa Misa” (...y claro en diferido no tiene gracia) hay como muy bien dijo Julio Verne: 100.000 leguas de viaje submarino. Pero yo, francamente, creo que juntos más bien son como un Viaje al centro de la Tierra, algo sofocante y claustrofóbico.
Son sus amigos. Y según dicen, quien los tiene, tiene un tesoro. El de mi hermano, es curioso.
Juntos, es como ver en una plaza de toros a un americano comiendo donuts: algo poco usual, pero posible. Llamativo, pero sólo de lejos. Sin complejos.
Publicado el martes, 18 de abril de 2006, a las 1 horas y 47 minutos
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ES COSA MIA.... o todos los americanos tienen un bate de béisbol?
Película que veo, película en la que al entrar un extraño en su casa, baja el intercepto con su bate preparado para golpear y cambiar de base. (La base del cerebro del salteador, por una mucho más plana y crujiente)
¿Acaso todos los americanos juegan al béisbol con los del trabajo? ¿O más bien lo compran para dejarlo debajo de la cama como el que cuelga una herradura esperando que le colme de suerte? (... o se quede sin ella un caballo que pasaba tranquilamente por su puerta. Creo que hay la misma probabilidad..., pero ¡son yanquis!... ¿Cómo voy a convencer a alguien que primero dispara y luego pregunta? ¡Qué aquí el orden de los factores, sí afecta al producto, que con el cambio sale nulo. Cero. Y lo digo por el agujero.)
Los españoles somos más chulos o más cobardes, dejamos los bajos de la cama despejados por si hay que camuflarse, con las pelusas y las pantuflas, y de bajar... bajaríamos con un balón firmado por los jugadores del equipo: ¿Hace un partido, los tuyos contra los míos, no te puedes negar, yo juego en casa, yo decido?
Quizá sea ese el sueño americano: Dormir con un bate debajo. Quizá la típica familia americana conste de padre, madre, perro y bate. (Ah! Ya sabía yo que se me olvidaba alguien: el repelente niño pecoso y pelirrojo que salva no sólo al mundo, sino a sus padres, porque claro: él, es el Único en el Universo que domina Internet, y aunque tiene un coeficiente que no llega a sesenta y tres, es capaz de descifrar lo mismo jeroglíficos incas que egipcios.)
¿Resentida yo?... Es que estoy hasta las amígdalas de que el repelente enano me fastidie una peli que ya de por sí, hace aguas nada más quitar los titulares. Lo reconozco, no soy nada agresiva, pero cuando le veo aparecer, me dan unas ganas de decir: ¡¡¡HERODES!!!
Publicado el miércoles, 19 de abril de 2006, a las 16 horas y 27 minutos
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COMO EL AVE FÉNIX NERÓN HA SURGIDO DE SUS CENIZAS.. Este verano, como aquel veterano romano, nos vamos a hartar del dorado.
Bolsos, zapatos, y por supuesto, todos los complementos, nos van a deslumbrar con su cansino destelleo.
No es que se vaya a llevar los tonos ORO, es que vamos a parecer sucursales del trapicheo. Visto lo visto, estoy pensando en acercarme a mi espectacular dentista (lo digo, porque todos llegamos y abrimos la boca de par en par, y hasta si nos descuidamos, se nos cae la baba.) y solicitar un baño de este preciado metal.
Y es que ya no se lleva el blanco inmaculado... este año, todos, como árboles de navidad: opción A de Oro, y la B: de Plata (de la que caga la vaca).
Si Nerón levantara la cabeza no sólo iba a flipar. Se iba a cortar las venas por no poder destacar.
¡Qué chabacano todos vestidos de mina pulida! ¿Será este año el centenario de “Las minas del Rey Salomón” y yo no me he enterado?
O es que se han cansado de especular con las viviendas y lo que se lleva ahora es relucir y lucir, todo el patrimonio a cuestas, como si uno fuera una sala de fiestas de los años 80.
Este año, las pobres abejas se van a desorientar: ¡Qué chungo lo van a tener para
polinizar! ¿Dónde se van posar? ¿Van a ser capaces de encontrar las flores entre tanto destello y centelleo?
¡Huyamos que viene la moda y nos quiere envolver como regalos de boda!
Publicado el domingo, 23 de abril de 2006, a las 18 horas y 40 minutos
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MARCAR, CORTAR Y PEINAR.. Hoy he ido a la peluquería. Y nada más entrar, salía una desahogada y llorosa, pero peinada cabecilla.
Sus palabras de despedida textuales lo confirmaban: “Perdóname, no suelo ser tan... (sollozo) pero es que... (gemido). Gracias.”
... y yo valiente, y sin pensar en que iba a tener esa seudo consejera mi cabellera, me he lanzado, NO HAY MIEDO, SÓLO ESTREMECIMIENTO. Y he afirmado: hazlo lo que quieras que me quede bien o genial.
Así confirmo que no me da miedo el diván del peluquero.
La revista de espera, que te saluda con prisa porque la ves y no te quedas: HOLA, ha confirmado mis sospechas: todas son unas frescas. (Porque pueden y las dejan) Como bien dice un amigo: “Si las pagaran por ser pordioseras, comerían excrementos y lo anunciarían a los cuatro vientos”
En el porno de esta semana, sin ir en la portada, una famosísima modelo (Naomi K. de 42 tacos) presuntamente, ha agredido a su ayudante (Ciudadana X de 41 juramentos) con un teléfono móvil. (Veis como siempre no es útil saber leer)
Y yo sin saber que hacer, y prisionera con la cabeza en un mini túnel antigravitatorio, me he dejado llevar y me puesto a leer. (No siempre es peor de lo que uno piensa: es perverso, fatal)
¿Pero cómo coño se puede agredir hoy por hoy a alguien con un minúsculo, insignificante y enano aparatito, micrófono receptor inalámbrico?
Yo comprendo que en el siglo pasado, (cuando tenían forma de ladrillo y pesaban como dos, pero rellenos de cemento), le matabas, le levantabas la tapa de los sesos, ¿pero ahora? si muchos son tan pequeños que al buscarlos en el bolso los confundes con el chisquero. No me lo explico. A no ser, que la pobre, no tenga dinero y lleve uno de aquellos “armarios locutorios” de kilo y medio, o que sea mujer que no la guste ir a la moda. O..., repito: o..., vuelvo a repetir: o... (Mi cabeza busca una explicación pero se bloquea... se me ha colgado...)
Yo es que lo leía y no daba crédito: “detenida por ser agresiva en otra ocasión” (Si ya he dicho yo siempre que el guardar una dieta produce mucho miedo. La gente muerde porque no traga lo suficiente. Y claro, no te traga, ¡es imposible!, no está acostumbrada) “... la victima de la agresión está ingresada en el Hospital...” (Que tendría ¿el último pincho de tortilla?)
Paso la hoja intentando cambiar de circo y me encuentro en plena pista central, lo último en bodas: el trajes de novias y el de novio para perros que se ofrezcan amor duradero: Cuánto es eso... ladrido y medio?
Es que es el colmo. Lógico que consideren a ese tipo de revistas porno del duro.
... Es que te ablandan el seso en el secador y luego llega la profesional y te tira de los pelos. Lógico que las peluqueras sepan todos los cotilleos... lógico.
Marcan su terreno, cortan lo que quieren y luego hacen que te mires a su espejo mientras te dicen: ¿Á que te gusta tu nuevo aspecto? ¡Cómo no te va a gustar si te han lavado el cerebro!
Publicado el martes, 25 de abril de 2006, a las 15 horas y 31 minutos
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CON UN PEDO DEL DIECIOCHO. Son las tantas. Mas de las cuatro de la mañana. Y la vuelta a casa sin guardaespaldas es digna de una película de espías mala.
Como en un certamen a “Mister Mamado” censurado y amañado, me encuentro de camino especimenes de todos los astados.
La ganadería a estas horas es floja pero muy variada. Yo siempre me he decantado por los “Voy bien. Voy bien.” porque es proporcional las veces que dicen esa coletilla con sus grandes sandeces de libro gordo de Zoquete: “Soy como un volcán. He comido pétalos de rosa. ¿Á que se nota?” (¿Cuál era la pregunta: qué si estás dando la nota? Es que no te he oído bien, la baba, para ti: lava, que segregas es tan asquerosa que me pregunto si una rosa puede llegar a oler tan mal. Y por cierto, ese chicle que llevas pegado en la solapa, impide que me abalance. Pero tranquilo, que llamaré a ICONA y les alertaré de que hay un cráter abierto por esta zona que está arrasando todo a su paso. Fíjate, nos estás echando. Realmente eres como un volcán, fétido)
Tenemos también a los “Anestesiados” con un encefalograma plano que ni sienten ni padecen. Para llegar finalmente, a los “Pollos asados”: Sudan como ellos, siempre dan vueltas sobre si mismos, sobre un amigo... y llevan una moña que les deja sin memoria, esas y las próximas doce horas.
Por la noche todos los gatos más que pardos son opacos. Ni les ves ni te ven. Aunque mucho me temo que los vecinos del cerdo que des-bebía sus litros de cerveza, cuando lo huelan le verán como lo que es, un gorrino, marrano y tocino.
Con un pedo del quince, o del dieciséis, dónde mejor se está es en la horizontal. Ya lo dijo aquel: Apagado o fuera de cobertura en estos momentos.
Publicado el domingo, 30 de abril de 2006, a las 2 horas y 59 minutos
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