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SUDOKU. Cuesta ponerse recta cuando a una la acaban de atizar.

No suelo dar a los que piden - quizá a algunos pena, cuando me ven salir con unos pelos a los que yo defino como liberales y dictatoriales, a veces la excusa es buena: viento de sotavento, o recién salida (de donde sea, da igual) – ¿Por qué?

Sencillamente, porque me han inculcado que eso no les beneficia… pero sobre todo, porque en las grandes ciudades, simplemente nos toman el pelo, y se hacen una trenza.

El caso, es que se me acerca un chaval, del este, y me pide para un bocadillo. ¡Y yo que sé si es verdad! Pero, ¿Y si no ha hecho el cursillo de actor o figurante y resulta que eso es sinceridad?

Miro mi suelto, aunque con lo atado no podría ni ligar, y canjeo dos euros, por un gracias y una sensación de gracia.

De gracia pasajera. Porque mi acompañante se carcajea.

La verdad, he de reconocer, que me pareció mucho la cantidad, y le pedí cambio. ¿Un euro? Aunque reculé, no sé si pensando que sino el bocata sería sólo de pan con pan.

Si mi acompañante se partía el eje. Los de la comida, lo terminaron de arreglar.

Supongo que cuando dicen que lo que hace tu mano derecha que no se entere la izquierda, vale no sólo para la política y el sexo, sino también para el regateo, aunque sea sincero e imperfecto.

Publicado el lunes, 2 de abril de 2007, a las 1 horas y 26 minutos

¡PORQUE LO DIGO YO!. Ese es el título de una película protagonizada por Diane Keaton, aunque también es lo que debió decir uno que se creía un autentico macho, y sólo se quedaba en sapo de cloaca o mierda de caballa.

Me refiero a uno de la tribu dani del Oeste de Papúa Nueva Guinea. Al menda que se le ocurrió la brillante idea de ir amputando las falanges a las viudas, hermanas, hijas… cada vez que falleciera su marido, hijo, hermano…

El muy cabrito se aseguró que lloraran de dolor, aunque creo yo, que las tratan tan mal, que con esta idea de cortarlas los dedos, se aseguran que no les maten mientras duermen por huevones y otros adjetivos aún peores.

Me le imagino tostado por el sol y diciendo pletórico y lleno de dedos: ¡Porque lo digo yo!

¿Y porque coño no soñó o pensó, algo como: Me voy a arrancar los huevos y cocerlos? ¡Qué manía tienen los hombres de muchas tribus, países y civilizaciones, con esclavizar a las mujeres simplemente con la INCREIBLE excusa de: ¡Porque lo digo yo!

Supongo que es proporcional la inteligencia, la conciencia y el amor, con las veces que ese y otros picha floja enana y espero que oxidada dice: ¡Porque YO lo digo!

A mi me gustaría tenerle atado en una estaca y decirle: He pensado que voy a sacarte todos los dientes PORQUE LO DIGO YO. Y para tu tranquilidad, y felicidad te diré que no te aburrirás, porque te guardo tantas sorpresas como animales hay en la sabana.

Pero voy a dejar a esos animales de tormento y lamento, y dando ejemplo no os voy a mutilar el estreno.

La peli: típica, predecible, pero entretenida, si eres consciente de que sabes lo que vas a ver. Es exactamente como cuando te pones unos vaqueros que te encantan por lo viejos y lo bien que te sientan, pero sabes de sobra que te dirá tu madre cuando los vea. No hace falta leerla la mente, directamente ves su cara y ya sabes lo que ocurrirá los diez minutos siguientes: “Ponte otra cosa… con lo mona que estás con el vestido rosa…” Predecible. Literal, pero cuando te acostumbras y lo asimilas que va a ser así toda la vida, resulta tan familiar que se hace especial.

Pues así es esta película para las chicas, entretenida por su familiaridad. Pero para los despistados u obligados hombres: vomitiva.

No había ningún tío en la sala. Pero de haberlo habido, mientras nosotras sonreíamos, el habría estado recordando un partido o la posible alineación del Sevilla para el partido de hoy.

Publicado el jueves, 5 de abril de 2007, a las 12 horas y 08 minutos

ESO ES DISCRIMINACIÓN.. La cosa sucedió así: Abrí el buzón y allí estaba la notificación. Había ganado un cine en casa – Home cinema – que así parece todavía mejor. Pero, y ahí estaba el pelo de la sopa de letras: no había estado en casa, y los del envió con todos los portes pagados se lo habían llevado. - ¡Imposible! Estaba confinada entre papeles y latas -

Para contactar con ellos un teléfono, un 902. Ya más que un cabello... ¡hay mucho vello!

Dicen que la curiosidad mato al gato, pero lo que no dicen es que murió enterado. Pues ese fue mi caso.

Agarré el móvil – buscando un muerto que ya olía de lejos – y marqué. Al otro lado, una voz femenina y autóctona, me respondió que si yo era la titular del envío.

Según fue hablando y yo contestando, me di cuenta de dos cosas, una: que era autóctona, pero de Ecuador o de un país de droga y color, como Colombia. Y la segunda que cuando la respondí que estaba soltera, la quemó tanto la contestación que tardó decimas de segundo en decirme: Es que hay que llevar acompañante.
- Sin problema.
- Ya. Pero tiene que ser su marido.
- Para el sábado voy a andar muy justita.
- Si sobran plazas sueltas, la llamo.
Y me colgó. Del teléfono. Porque del árbol no la dio tiempo.

Después del zapateo. En el suelo, porque en mi mente, la quedó el culo… ¿Es posible que salgan en las nalgas chichones y protuberancias a distancia?

No me lo creí ni un momento, pero me molestó que sin conocerme tomara la decisión de que YO SOLA, no puedo comprar una casa, un barco o vajilla de mil platos o un castillo a plazos.

O ¿acaso necesitan a un varón para encandilarle y que así convenza a la que ellos suponen es la enemiga directa?

Dicen que Al enemigo ni agua. Y yo desde luego, después de haber llenado de cerdas mi sopa y mi cerebro. Espero, que no sólo no vendan nada, sino que las demanden por falsificar sueños. Adulterar la verdad. Y sobre todo, por embaucar en plural.

Publicado el lunes, 9 de abril de 2007, a las 16 horas y 12 minutos

LO QUE VALE UN PEINE.. Nos quejamos de lo que tardamos en conseguir las cosas. Despotricamos deseando mejorar y convertirnos en otra cosa, en alguien más carismático, más simpático y por supuesto, emblemático. Bueno, cada uno desea lo que le viene en gana antes de soplar las velas. Yo simplemente, recuerdo lo que vale un peine.

Un montón de años sudando, leyendo y destripando para conseguir una bata blanca, que la mayor parte de las veces, está coloreada y manchada. – como la del médico de esta mañana –

En cambio para que te den una chaqueta verde, has de pasarte todo el santo día, ¡dándole a la pelotita!, esquivando matas y todo tipo de plantas, pero eso sí, encontrando y taponando a los hormigueros que muy gentilmente te van numerando, y en los que se aglutina la gente, dicen que decente.

Los hay, porque haberlos hay los, que desean no sólo la chaqueta verde, sino todos los complementos, ¡hasta la visera!, pasando por la fiambrera, que también la tienen. Para ellos, saber llevar el paso, saludar y desfilar, supone la vida entera sino hay guerra. Y si la hay, pues ¡a batallar!.

Los que desean de forma ardiente un traje rojo con su gorro y todo, tienen que subir y bajar escaleras hasta quemarse casi las cejas. Y todo ¿para qué? Para que la gente les llame a gritos cuando se quema, o se quiere calentar y su marido no está presente.

Y si cambiamos de color, y lo que deseamos es parecernos a naranjito, pues… ¡la cagamos! y nunca mejor dicho. Porque te van a regalar un carrito, una escoba y con suerte un delantal fosforito, para que te vean bien y te ignoren mejor. ¡Y te vas a hartar de ese material, chaval! Te vas a hartar.

Cuesta conseguir las cosas. Fijaros en mí, yo todos los lunes me tengo que pegar en el gimnasio y luego salir por patas para que me den una toalla y una gratificante ducha bien larga. – Esta bien… voy a Bodycombat y corro en la cinta de cinco a ocho kilómetros, pero no me negaréis que si me quedo en casa: ¡Ni me dan la toalla, ni me dejan usar el agua!.-

No sabemos apreciar lo que tenemos.

Publicado el miércoles, 11 de abril de 2007, a las 16 horas y 52 minutos

TENGO UN OÍDO PRIVILEGIADO.... no es que no diferencie las notas, es que soy igualitaria. Solidaria con cada uno de los sonidos. Coherente con todos y cada uno de mis resonancias.

Me suena igual un Re que un Fa. No les sabría identificar ni aunque la vida me fuera en ello o me apostara un camello. (Lo que es la mente… estoy acordándome de la risa y sonrisa que tiene un amigo, que más que alegrar, lo que hace es recordar a toda la fauna, en especial a la especie mencionada… ¡una indecente! )

En el concurso Saber y Ganar preguntaron: ¿Qué nota da un diapasón? ¿Un Re, un Do, un La…? ¡Ni idea! Mi ignorancia esta enorme esta semana.

Como pista dijeron que es la misma que la que se escucha al descolgar el teléfono. Lo reconozco, para los que tienen oído se lo han puesto en bandeja, para el resto, entre los que me incluyo, esa pista, esa huella, me indica que mi teléfono suena.

La respuesta no se hace de esperar: Un La. Pues muy bien, cuando me aburra descolgaré el teléfono y en vez de escuchar hablar, lo usaré para recordarme la letra y música del La la la.

Publicado el martes, 17 de abril de 2007, a las 12 horas y 42 minutos

YO NO FUMO.... En pipa, ni compro pitillos. Ni me hacen falta cerillas, ni mechero, pero cada vez que entro en un estanco, me ofrecen un rubio que si no fuera de bote, digo de caja, le atraparía con mis encantos de gata.

Pero, el de ayer era según la representante: light y sin gracia. Bueno digo algo así como suave y en promoción. Vamos, que me lo arregló.

Pero al instante mi cerebro me avisó que no es que me ofreciera un danés, alemán o sudaca… sino un paquete.

… Y no un ¡menudo paquete lleva ese!, sino un paquete lleno de polvos - ¡…!- que no lo son, porque es hierba machacada y filtrada. Vamos que promete de palabra, pero lo ves y piensas: ¡no me llames la atención! con esa voz estropeada de fumador de cuna, en vez del tete, y me digas: ¡¿Quieres probar mi paquete?!...

… Y te vuelves y lo que ves de frente, te deja sin respiración: Por el humo y la sensación de dolor que uno siente cuando le acaban de apagar un sueño y encender una malformación.

Bueno, vale, a lo mejor no dijo eso, pero, es que mi instinto me delata. Lo reconozco, es que como a Dinio, me confunden las palabras.

Las palabras y los papeles. Iba yo a echar una primitiva para esta semana, y casi me tengo que apuntar a un Curso de Interpretación - para simular distinción - o a un Máster de Control, para UNO: No demostrar horror y DOS: para superar la decisión de la semana: ¿Cuál de todos los boletos es el correcto con el que quiero volverme risueño y con plata?

Y es que ante mis ojos y para gastar mi euro suelto y cada vez menos resuelto, tenía La bono Loto, El Combo, el Gordo de la Primitiva, La Lotería, La Quiniela… ¡hasta la Once estaba representada!

Estoy convencida que Julio Cesar no hubiera dicho tan alegremente eso de "La Suerte Está Echada", si se hubiera acercado a su lotero más cercano en vez de liarla. Sus palabras exactas, habrían sido por etapas: ¡Coño, cuantos ceros se ganan! ¡Y...¿cuánto cuesta eso?! ¡Y... ¿cómo se marca?!

Aunque no hubiera pasado a la historia, o tal vez sí, porque ya ves, Atila no ganó nada, y el mosqueo que se cogió a pasado a la historia, así como su afición al tabaco: Todo el día con malos humos (y unos) y ya sabéis que por dónde pasaba, no crecía la hierba porque se la fumaba.

Lo dicho: Alea iacta est.

Publicado el jueves, 19 de abril de 2007, a las 11 horas y 33 minutos

EL CEREBRO DE KENNEDY.. En este libro de Henning Mankell que me acabo de devorar, hay unas palabras que me gustaría remarcar:

“Nunca sabemos si encontraremos lo que buscamos o si estamos buscando lo que queremos encontrar”

Publicado el jueves, 26 de abril de 2007, a las 14 horas y 04 minutos

AHÍ QUEDA ESO.... Estados Unidos representa menos del cinco por ciento de la población mundial, y sin embargo consume una cuarta parte de la energia.

Publicado el lunes, 30 de abril de 2007, a las 14 horas y 09 minutos

Ilustración de Toño Benavides
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