ARQUEOLOGÍA DE LA BOINA. La noticia de que se va a crear un Museo de la Boina en Balmaseda, en la antigua fábrica de boinas "La Encartada", deja un regusto de amargura. Significa que la boina es tratada ya como reliquia arqueológica, por mucho que subsista en uniformes y en recalcitrantes ciudadanos.
Para una comprensión histórica del problema, léase
La boina y los vascos, artículo del que destaco las siguientes afirmaciones:
1) La boina, como muy bien vio Unamuno, actuó como prenda
niveladora de las diferentes clases sociales.
2) La boina también tuvo su represión. En 1838, Baldomero Espartero "convencido de los males que causa el uso de la boina, que sólo tiende a la confusión y la alarma" prohibió su uso, que llevaría a prisión a los reincidentes. Como suele pasar con las prohibiciones, ocurrió que se difundió aún más su uso.
3) El vasco
apenas introduce la boina en la cabeza, a diferencia de lo que se estila en otras latitudes, donde suele calarse hasta las orejas. "Elegansia", oye.
Nada se dice de la propensión a la calvicie de los que usan boina: como en el caso del tabaco, nada está demostrado, a pesar de las malas lenguas.
La boina en un museo. Estamos tristes.