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PALOMAS VAGABUNDAS. Una normativa del Ayuntamiento de Bilbao va a prohibir alimentar en la vía pública a los animales. La ley hace bien en especificar qué entiende por "animales": palomas, gatos, perros vagabundos. Este último matiz, "vagabundos", nos da una pista de lo que pretende el Ayuntamiento, siempre sabio: lo que se prohíbe es alimentar a animales sin dueño.
¿Qué pasa con las palomas? Pues que, según la ley, son todas vagabundas. Sus derechos cesan al no tener dueño. Y no vale que la señora que se sienta todos los días en el banco del parque con su bolsa de migas de pan reivindique que las palomas que se le suben a los hombros y a la cabeza son suyas. Si fueran suyas -parece decir la normativa- las llevaría sujetas por una cadenita.
La prohibición, claro, lleva aneja una multa. Es probable que la señora del parque prefiera pagar la multa las veces que haga falta antes de verse privada de sus palomas vagabundas.
Las palomas son tontas, pero el Ayuntamiento a veces es cruel.
Publicado el sábado, 25 de febrero de 2006, a las 11 horas y 00 minutos
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