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TUTANKHAMON EN BILBAO. Son días de momias. Unas, las de los carnavaleros. Otras, las de los integrantes de ABBA, desembalsamados para cantar en Bilbao. Pero la momia más momia es la de Tutankhamon, cuya exposición ha recalado también aquí y atrae a las masas egiptólogas, más numerosas de lo que parece, ente las que figuran sobre todo niños sabihondos que lo saben todo sobre dinastías, pirámides y envenenamientos.
El momento más impactante de la exposición, montada a base de fotografías que siguen el curso de las excavaciones, es la revelación de la momia, después de haber quitado máscaras de oro y lapislázuli, sarcófagos historiados, vendas y más vendas. La momia es lo que importa. Ver al joven rey con la cara casi intacta, y el resto esqueleto.
El Ayuntamiento debería prohibir echar de comer a las momias.
Me alegro de que Tutankhamon, después de tres mil cuatrocientos años, haya podido por fin conocer Bilbao.
Publicado el lunes, 27 de febrero de 2006, a las 11 horas y 02 minutos
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