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EL MUNDO EN SUS MANOS. El pasado 16 de enero se celebró la 62ª edición de los «Globos de Oro», la ceremonia a la que todos llaman «la antesala de los óscars», como si la estatuilla calva y reluciente fuese la meta de una carrera de obstáculos en la que al final, como reza la propaganda de los videojuegos, «sólo puede quedar uno». Sin embargo, aquí no pretendemos especular sobre los posibles ganadores del Óscar 2005, y no por falta de ganas, sino porque la mayoría de las películas que compiten aún no se han estrenado en nuestras pantallas. Así, en lugar de ejercer nuevamente de tía Colata o de cubrirnos (con púrpura) las espaldas para lanzar vaticinios más que improbables —a uno nunca se le han dado bien las quinielas—, nos limitaremos a la labor mucho más convencional de constatar la evidencia. Decían las pitonisas del Oráculo de Delfos, que ganaban en mala sombra a la mismísima Casandra, cuando un soldado les preguntaban sobre su suerte en el campo de batalla: “Irás morirás no volverás”. Así, el pesimista interpretaba: “Irás, morirás, no volverás”. Y el optimista: “Irás, morirás no, volverás”. En fin, la frase pierde con la traducción, porque el optimista, además de ver la botella medio llena, en este caso tiene que torcerle el cuello a la sintaxis española. No obstante, a continuación uno va a disfrazarse de pitoniso tramposo, labor que, como dijo el poeta, consiste casi siempre en ser “augur de los semblantes” de la realidad. Nos limitaremos, pues, a hacer un breve comentario sobre las películas (estadounidenses y extranjeras) que han entrado en liza en los globos de oro y que bien pudieran pelear, con diversa fortuna, en la guerra por el óscar.
Mejor Película:
El aviador. A favor: La biografía de Howard Hughes se ha llevado ya el globo de oro a la mejor película y al mejor actor, además de otros premios de menor entidad. El filme, a pesar de sus defectos, está dirigido con una atención milimétrica a los encuadres. Y a Scorsese hace ya tiempo que le deben un óscar, como al cantante un beso. En contra: ¿Ya nadie recuerda la polémica que se alzó en torno a Gángsters de Nueva York y a la carta apócrifa firmada por Robert Wise, en la que el benemérito director de Sonrisas y lágrimas solicitaba un reconocimiento para su amigo? Al final Wise afirmó que él no había escrito ninguna carta, y se armó la mundial.
The million dollar baby, de Clint Eastwood. A favor: Eastwood casi siempre sabe imprimir su propia personalidad a las películas que filma, aunque a veces le traicionen sus excesivas ínfulas. También cuenta con la interpretación oscarizable de Hilary Swank. En contra: La película trata de un tema en principio poco atractivo, salvo para voyeurs contumaces: el proceloso mundo del boxeo femenino. Swank, ex-Kárate Kid 3, ya ganó un óscar por la polémica Boys don’t cry.
Finding Neverland, de Marc Foster. A favor: Promete una atractiva revisión de la vida de James M. Barrie, autor de Peter Pan y personaje harto curioso, que le permite interpretar a Johny Depp uno de esos papeles de pequeño monstruo que suele bordar. Por cierto, hace apenas un año apareció en las librerías españolas una muy interesante versión novelada de la vida de Barrie: Jardines de Kensignton, del argentino Rodrigo Fresán. En contra: Marc Foster, el director de Monster’s Ball, es casi un recién llegado a la meca del cine, y el filme parece hablar en un tono menor alejado de la ampulosidad hollywoodienese.
Sideways (Entre copas), de Alexander Payne. A favor: Es la niña mimada de la crítica americana. Una road movie agridulce de la mano del realizador de Sobre Smchmidt, que cuenta los avatares la vida de dos amigos que han de decidir qué senda eligen «en medio del camino» de sus vidas. En contra: Alexander Payne es un director contemplativo y atento a los detalles, pero, a diferencia de Eastwood, a sus películas les suele faltar «garra». Su sentido del humor, entre lúcido y macabro, no siempre resulta fácilmente asimilable para el espectador europeo.
Kinsey, de Bill Condon. A favor: ¿Se acuerdan cuando, en una de las secuelas de Agárralo como puedas, parodian la entrega de los óscars? ¿Recuerdan que entre las nominadas había una producción independiente titulada Serrín con hongos? Pues bien, Kinsey es el Serrín con hongos de este año, una película a contracorriente por la que casi nadie apuesta, pero que a última hora podría figurar en un buen lugar del palmarés. En contra: Basada en una historia real, la película relata los pormenores de una investigación sobre la conducta sexual del hombre blanco que, en los años cuarenta, realizó el doctor Kinsey del título. Además de permitir varios chistes fáciles con el apellido del director, no parece que el argumento vaya a agradar a los sectores conservadores del público estadounidense. Y Mr. Condon es el autor de la tremebunda Dioses y monstruos, una muy sobrevalorada biografía del director de Frankenstein que no se caracterizaba precisamente por su sutileza.
Closer. A favor: El lunes les cuento, porque se acaba de estrenar este fin de semana. Con todo, supone la resurrección de Mike Nichols, un hombre casi tan viejo como el cine que se hizo popular con… El graduado, aquella película protagonizada por un jovencísimo Dustin Hofmann tratando de imponer su presencia sobre los acordes de Mrs. Robinson, del flamante dúo musical Simon & Garfunkel. En contra: Su envoltorio de drama romántico puede resultar demasiado ligero para los paladares de la Academia de Hollywood.
Mejor Película Extranjera:
Mar adentro, de Alejandro Amenábar. A favor: Esta vez parece que sí que hay posibilidades de que España se lleve el gato al agua. La película de Amenábar sobre Ramón Sampedro ha encandilado a la crítica norteamericana (no tanto al público, pues de momento sólo se ha estrenado en doce cines en todo el país). Más difícil lo va a tener Bardem, cuya faceta angélica aún no han descubierto los reporteros de Hollywood. En contra: La competencia no se lo va a poner fácil a Amenábar, y los senderos del óscar a la mejor película extranjera suelen ser igual de inescrutables que los divinos.
House of Flying Daggers, de Zhang Yimou. A favor: El director de Hero, que hace poco reseñamos en esta página, vuelve con una nueva película de artes marciales y fantasía que cuenta con las mismas virtudes plásticas que su predecesora. En contra: Tigre y dragón, de Ang Lee, ya triunfó en el mercado norteamericano con unas armas muy parecidas.
Diarios de motocicleta, de Walter Salles. A favor: No he visto la película de Salles, pero pasó triunfalmente por el festival de Sundance, y constituye un filme de aprendizaje sobre una de esas «grandes biografías» que tanto gustan en Hollywood. En contra: ¿Estados Unidos ya se ha reconciliado con Ernesto «Che» Guevara?
Los chicos del coro, de Christophe Barratier. A favor: La opción francesa del año. Una mezcla de buenos sentimientos y trasfondo social narrada con una estructura tan convencional como, en el fondo, efectiva. En contra: Tal vez demasiado almíbar para un Hollywood que, pese a mantener algunas de sus costumbres atávicas, ha ido evolucionando poco a poco.
La respuesta, el martes próximo, cuando se den a conocer las nominaciones a los óscars 2005.
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Publicado el sábado, 22 de enero de 2005, a las 14 horas y 10 minutos
[1] Me están entrando una ganas. Pues nada Betaville, simplemente leerte da ganas de ir al cine, que por cierto, llevo 10 días sin ir, he leido esto y me han entrado las prisas.
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David | 23/1/2005 12:29
[2] Harto. ¡Ya estoy harto de que me soben y de que deslumbren los flashazos!
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Oscar | 23/1/2005 19:41
[3] metiendo baza. Diarios de motocicleta. A favor: cuando termina comprendes por qué te gusta el cine más de lo que sospechabas. Te deja dos horas pegado a la butaca y cuando termina, quieres más.
Closer. Justo la ví este fin de semana y se me quedó coja; no entendí a los personajes, ni me los pude creer. ¿La ha visto ya? Comente!
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pasabaporaqui | 26/1/2005 17:53
[4] sideways es una mierrrrrda. Atención al diálogo estrella, catársis emocional de la pinícula:
-(Ella): Can I ask you a personal question? Why are you so much into "Cabernaeaea Sauvignauouau" (forced french accent)?
- (El): (Metaphorical explanation of why he is like a grape that takes time to mature blablabla). And why are you so much into wine?
- (El patio de butacas, pensando): No lo digas, por favor, no lo digas...
-(Ella): because wine is like life, you know? (Lo dijo. Tirez sur le guioniste, por favor)
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justintime | 11/2/2005 10:58
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