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FILMANDO LETRAS. El estreno de Entre copas, cuyo protagonista arrastra consigo un imponente novelón de setecientas páginas embutido en dos cajas de zapatos, le ha hecho pensar a este cronista en un subgénero cinematográfico habitualmente desatendido por la crítica. Me refiero a las «películas con escritor», donde se multiplican las voces que forman parte del diálogo entre cine y literatura. Ahí van algunos de los mejores ejemplos de esta conversación en el último cine estadounidense:

Jóvenes prodigiosos (Wonder Boys) (2000), de Curtis Hanson. Adaptada de una novela de Michael Chabon, este filme ofrece dos de los mejores «retratos de artista» que hemos visto en la pantalla en los últimos tiempos. Por un lado, un avejentado Michael Douglas (Grady Tripp) que no ha conseguido superar el éxito de su primera novela, de título deslumbrante: Hija de pirómano. Por otro, un Tobey Maguire prearácnido (James Leer) que esconde, bajo el disfraz de un atormentado Kafka posmoderno, la imagen del perfecto vividor. Este retablo mordaz se completa con la figura del delirante editor interpretado por Robert Downey Jr. (Terry Crabtree). Lástima que el final de la película, un tanto acomodaticio, nos haga olvidar momentos realmente geniales: Michael Douglas ataviado con una bata rosa, indispensable adminículo de su kit de supervivencia literaria; la historia secundaria que rodea a la chaqueta de Marilyn, o los comentarios sobre la primera novela de Douglas, como los referidos a la impactante descripción del ciprés calvo.

Descubriendo a Forrester (Finding Forrester) (2000), de Gus Van Sant. Después de perpetrar su remake de Psicosis al estilo de Pierre Menard, y antes de la multipremiada Elephant, Gus Van Sant acometió esta sencilla historia sobre un aspirante a novelista. Dejando aparte su marcada faceta de «autoayuda y superación», la película se sostiene por el excelente personaje de Forrester (Sean Connery), sin duda inspirado por la figura real de Salinger. En este caso, el viejo escritor que vive recluido en su piso y que ha abandonado los brillos de la vida pública, ha de enfrentarse a la tenacidad del joven Jamal Wallace (Rib Brown), anhelante de recibir las lecciones del maestro. Aunque la película cuenta con momentos pretendidamente emotivos (la visita al campo de béisbol, la lectura final), lo mejor reside en el encuentro inicial entre los dos protagonistas, en un sutil juego de distancias que remite en su planificación a La ventana indiscreta, de Hitchcock.

Los Tenembaums (The Royal Tenembaums) (2001), de Wes Anderson. Además de la dramaturga-prodigio interpretada por Gwyneth Paltrow, la película destaca por ofrecer uno de los retratos literarios más divertidos y pintorescos del último cine estadounidense. Estoy pensando, claro está, en el personaje de Owen Wilson, un extraño escritor de novelas del oeste «de culto» que vive en una mansión rodeado de piezas de museo y objetos que remiten al Far West. La presencia de este seudo-Tenembaum alcohólico, drogadicto y diletante, que da lugar al gag con que culmina la película, es sin duda uno de los mejores alicientes del filme.

El ladrón de orquídeas (Adaptation) (2002), de Spike Jonze. Después de meterse literalmente en la piel de un conocido actor, Jonze y su guionista habitual (Charlie Kaufmann) se enfrentan a un reto aún mayor: poner al descubierto los entresijos del oficio de guionista. La película, plagada de mentiras, mistificaciones y trampantojos —como la acreditación de un supuesto (e inexistente) co-guionista, Donald Kaufmann, o el juego metaficcional que protagoniza la escritora Susan Orlean—, es todo un prodigio de inventiva. Aunque en ocasiones el «más difícil todavía» puede fatigar al espectador poco habituado a este tipo de relatos, pocas veces un filme habrá rendido un homenaje tan sincero a una profesión frecuentemente denostada. Por cierto, ¿será Kaufmann pariente de Silvestre Paradox y de Torres Campalans?

Todo lo demás (Anything Else) (2003), de Woody Allen. Allen es capaz de cualquier cosa a estas alturas, hasta de rodar una película que parece una comedia adolescente filmada por Rohmer. Ahora el duelo entre el viejo escritor de monólogos David Dobell (Woody Allen) y el aspirante a humorista Jerry Falk (Jason Biggs) se resuelve en un gozoso relato que oculta, bajo su pátina de intrascendencia, una meditación sobre el paso de la edad y la paranoia colectiva post 11-S.

Antes del atardecer (Before Sunset) (2003), de Richard Linklater. Ethan Hawke, tras escribir una novela donde recuerda la (breve) historia amorosa que protagonizó diez años atrás, se reencuentra con Julie Delpy. Aunque la literatura es sólo el punto de partida, los espectadores agradecerán la liviandad de la narración y la naturalidad de los diálogos, sobre todo si tuvieron ocasión de disfrutar («o tempore! o mores!») de la primera parte de la película.

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Publicado el viernes, 15 de abril de 2005, a las 21 horas y 13 minutos


[1] SAMARITAN GIRL. No es este el lugar, pero lo pongo aquí para que sea más visible, acaban de estrenar, al menos aquí, Samaritan Girl de Kim-ki duk. ¿sabemos algo de ella? ¿estará a la altura de Hierro 3?
Comentado por David Gil | 16/4/2005 17:51
[2] Cortina de humo.
Comentado por Hu Mo | 18/4/2005 10:45
[3] ASE. The watch introduced a omega replica new dial with a contemporary design replica watches and a simple style.
Comentado por dtj | 30/3/2018 04:32 | http://www.replicawatchlondon.co.uk






Ilustración de Toño Benavides
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