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MÁS ALLÁ DEL ESPEJO. A petición de nuestros fieles lectores, ofrecemos a continuación la crónica de un filme anunciado: Donnie Darko, de Richard Kelly. La película, estrenada en 2002 y apenas conservada un par de semanas en la mayoría de las carteleras de nuestro país, es sin embargo uno de esos raros ovnis independientes llamados a convertirse, con el paso del tiempo, en lo que los críticos denominan «película de culto». De hecho, si hubiera que reducir la hipnótica belleza de Donnie Darko a una operación matemática, diríamos que es el resultado de la suma de las atmósferas malsanas de David Lynch, el universo fantástico de Lewis Carroll y el falso relato de iniciación adolescente al estilo de Las vírgenes suicidas, tanto de la notable novela de Jeffrey Eugenides como de la espléndida película de Sophia Coppola.

Es posible que la adscripción de la opera prima de Kelly al género fantástico haya perjudicado el alcance del filme, al situarlo en las coordenadas de un filón juvenil al que pertenecerían las diferentes secuelas y variaciones en torno a Destino final. No obstante, nada más lejos de las intenciones de Donnie Darko que una recreación del cine de terror adolescente que proliferó a mediados de los años noventa. Aunque se sirva de mimbres temáticos similares (ambiente estudiantil, terribles premoniciones, alto grado de referencialidad), la película desborda este horizonte de expectativas. Donnie Darko acaba convirtiéndose en un curioso ejemplo de cine poético donde el apunte metafísico —sustentado aquí en las teorías de Stephen Hawkings, a quien se cita explícitamente— convive en armonía con una sátira vitriólica al sistema educativo estadounidense que suscribiría el mejor John Waters y con un fuerte onirismo al que no es ajeno la imaginería visual de Tim Burton.

Junto con la cuidada estructura del filme, cuyas trampas —«haberlas haylas»— no desvelaremos aquí, cabe resaltar su tonalidad melancólica. A ello contribuye la localización temporal en 1988, que potencia un juego intertextual con canciones y películas orientado a dotar al celuloide de una aureola de nostalgia e irrealidad (véase, por ejemplo, el homenaje a Posesión infernal, el filme de Sam Raimi que van a ver al cine el protagonista y su novia). Por otra parte, los elementos fantásticos aparecen imbricados con naturalidad en la trama, de modo que incluso la visualización de los apuntes más inverosímiles (los efectos especiales «caseros» o las apariciones del conejo Frank, el «alter ego» del protagonista) logran evitar casi siempre el ridículo. A estas extrañas virtudes hay que sumar un reparto heterogéneo que reserva un papel estelar para Patrick Swayze y una breve intervención de Drew Barrymore, quien además hace las veces de productora ejecutiva. En suma, a pesar de algunos defectos en la dosificación de los ingredientes temáticos, Donnie Darko es una grata sorpresa para cualquier espectador sin prejuicios ni anteojeras. Aunque el filme de Kelly no renuncia a los tópicos, entre la magia de las noches de Halloween y el conocido recurso de los viajes temporales —resulta llamativa la semejanza de su premisa con la de la novela El vuelo del hipogrifo, de Elia Barceló—, al final termina por configurar fábula tan original como sorprendente. En suma, una propuesta heterodoxa para quienes sean capaces de apreciar el sabor de un cóctel mezclado, no agitado, entre imaginación y lirismo.



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Publicado el lunes, 6 de junio de 2005, a las 16 horas y 28 minutos


[1] Gracias por atender la petición. Y, al margen, decirte que cada vez me gusta más tu bitácora.
Comentado por Matías Bruñulf | 08/6/2005 13:01 | http://www.bestiario.com/mvcuc
[2] Mad world. No solo la película es fascinante. La canción de los créditos, Mad World, es de las más hipnóticas que conozco. Una maravilla.
Comentado por gregoriok | 09/6/2005 17:14 | http://nomeacuerdo.blogia.com
[3] Creo compañero que eres excesivamente benevolente con una historia que nos tiene todo el metraje pendientes de un gran Apocalipsis pero que se termina resolviendo de forma confusa y tramposa (como bien dices, aunque no abundas en el tema). Tampoco yo quiero arruinar la pelicula a nadie (ella sola se basta) contando los detalles, así que diré solamente que el final no está a la altura de la expectativa que genera y por tanto deja en el espectador una sensación de ¿y esto es todo?, ¿tanto nadar para morir en la misma orilla? En fin, si Donnie Darko pasa a la historia será a la Historia del olvido.
Comentado por marqués de ESADE | 09/6/2005 18:43
[4] contestación. PARA MARQUÉS DE ESADE:
Eres tonto, eres muy tonto ,eres tontísimo.Dada mi clara superioridad intelectual sobre un palurdo iletrado como tú,no voy a intentar convencerte de nada(seria una pérdida de tiempo).Solo quiero decir a los que lean este mensaje que no hagan caso a ese patán con problemas de autoestima ,seguramente derivados de la falta de afecto de sus padres.Donnie Darko es un auténtico peliculón que cualquier persona a la que le guste el cine tiene que ver y sobre todo disfrutar.
Comentado por Kilowatio | 17/10/2005 23:11
[5] Ejem.. Kilowatio, a juzgar por lo que dices es evidente que un exceso de electricidad te ha provocado un cortocircuito neuronal. Es una lástima. Pero desde que tengo uso de razón he entendido que un argumento se combate con otro argumento y los insultos se quedan para los incompetentes.
Comentado por marqués de ESADE | 18/10/2005 23:05
[6] AY KILOWATIO.... Si, mucha superioridad intelectual y lo que tu quieras, pero el tema de la ortografía me parece que no la llevamos muy bien eh majete. Eso de "¿Para qué voy HA PERDER el tiempo..." wooow, me parece que te sobra esa "H". Me temo que deberás repasar las lecciones de 1º de la ESO que falta te hace.
Si es verdad que sabes hablar castellano, respeta la ortografía MALDITO BASTARDO
Comentado por Montero | 10/10/2006 00:10
[7] Prohibido escupir en el suelo y la palabra soez.
Comentado por Uno que no es kilowatio | 15/10/2006 14:04
[8] !!!Un charco!!!. Con esas botas nuevas de goma que huele a chocolate, saltando de un charco a otro y deshaciendolos al introducir un solido en un recipiente con liquido. De pequeño me gustaba la gresca, si el Sr. Montero hubiese estado en mi clase... con mucho respeto y admitiendo que Kilowatio se lo merece y que me gusta la gente de raza.
Comentado por Rober | 16/10/2006 01:04






Ilustración de Toño Benavides
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