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THE ORIENT FLAT: VIVIR CON CHEIW (NO 5) CHINOS O NO. [1] Matías,

no me creo que vivas con 5 chinos. Todo es una gran falacia. Yo vivi durante tres meses con dos chinos, un japones, un koreano y una vietnamita. Estuve a punto de morir varias veces de aburrimiento supino (y alguna vez apestada por la comida del koreano).

Ahora me acabo de cambiar de casa, mi unica condicion era que no hubiera ningun ser de ojos rasgados a menos de 20 m de distancia en cualquier direccion. Lo he conseguido. Soy muy feliz.

En mi favor dire que adoro a los tailandeses e indonesios, aunque tengan esos ojitos tambien.

Si es cierto, tienes que ser una persona con una gran fuerza de voluntad, te admiro y te respeto.


Comentado por manuela | 17/9/2005 18:28 | www.mujeresmalas.blogspot.com



Bondadosa Manuela.

Chinaflat es como Mao: se tiene fe en él o no se tiene. Chinaflat también es amor (El libro rojo de MB lo dice, Hu Jintao lo bendice): uno está locamente enamorado, pero es absurdo explicar por qué. Chinaflat, Manuela, es un apartamento de sesenta metros cuadrados situado en Old Street, Londres, a diez minutos andando de la estación de metro homónima, a once de The Foundry (probablemente, mi bar londinense favorito), a veintitrés de Brick Lane, a quince (en tube) de Camden Town (donde viví, concretamente en Belsize Park, con dos -y antes tres- eritreos y un kurdo iraquí) y a unos veinticinco (en bus) de Leiscester Square. La calle y el edificio (típico block obrero de la zona sur de Hackney poblado por negros, por seis amarillos -porque tiene usted razón, no vivo con cinco chinos sino con seis, desde la llegada del Taiwán Lover: léase la sección Litelarús Achinado- y`por un gallego blanquito como la leche), la calle y el edificio, decía, no importan.

Evidentemente, los nombres de mis chinos no son los reales, sino que responden al bautizo bruñulfiano al que les sometí nada más llegar. Pero también le digo que los nombres por los que se hacen llamar tampoco tienen nada que ver con sus nombres chinos, algo que, como usted bien sabe, le sucede a todo chino que vive en, digamos, Occidente: me llamo Joe cuando en realidad eres Juanchujuanchu.

En fin, que esto es lo que hay. No se tome esto como una prueba de nada, porque ya le expliqué lo de la fe. Ahora bien, Carlillos, uno de los lectores de esta página y amigo de su autor, vino desde su Cádiz con amor para descubrir qué era esto de Chinaflat. Sus comentarios están perdidos en este blog y en ellos da cuenta de su experiencia rasgada.

En cuanto al mérito de vivir con seis chinos, qué le voy a decir. Mi vida como un chino no se limita a vivir con ellos, pues el ochenta por ciento de mis amigos son británicos, además de contar con colegas irlandeses, franceses, italianos, japoneses o brasileiros. Los chinos con los que vivo son, precisamente, compañeros de apartamento, no amigos.

Me despido ya. Un día de estos sigo repasando su página homenaje a esas mujeres pérfidas, manipuladoras y arpías.

Atentamente rasgado,

Matías Bruñulf

Publicado el sábado, 17 de septiembre de 2005, a las 21 horas y 43 minutos

Ilustración de Toño Benavides
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