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COSECHA. Desde hace unos pocos años, miles de bilbainos salen en otoño al monte en busca de setas. Yo también lo hago. El sábado, el puerto de Altube estaba como la Gran Vía. Había que abrirse el paso a codazos. Las cestas de los excursionistas te golpeaban las espinillas para impedirte atrapar ese hongo que otros tres seteros habían visto también.
Fue una batalla sin cuartel. Hasta niños de pecho husmeaban entre los helechos (y ellos ven más, porque están más cerca del suelo).
Así y todo, cobramos dos piezas. En la foto, a la izquierda, un buen ejemplar de Boletus aereus. A la derecha, un magnífico huevo de Amanita caesarea. Por la noche, hicimos cocinitas y nos los zampamos. Envidia, ¿eh?, la de esos seteros de ultramar...
Publicado el lunes, 10 de octubre de 2005, a las 10 horas y 12 minutos
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