LEER A SISEBUTO. En mi fuga hacia el pasado, ando ahora con los godos. Leovigildo, Recaredo, Chindasvinto, Recesvinto, Witiza, Wamba (nada que ver con bailes o zapatillas). Pero hoy quería reivindicar a Sisebuto.

Que no nos engañe el nombre. Este rey godo que ocupó el trono toledano entre 612 y 621, fue el más culto y literato de toda la lista. Coincidió con Isidoro de Sevilla y nos ha dejado unos pocos textos que dicen mucho de su sabia sisebutez: por ejemplo, un hermoso poema dedicado a explicar el eclipse de luna con criterios científicos (Liber rotarum).

Se conserva su respuesta a una carta que le desagradó profundamente y que comienza así:
La carta, más que moribunda muerta, salida de los cenicientos sepulcros, la tomamos con el extremo apenas de nuestros dedos.

Las cosas de Palacio y las frecuentes guerras le impidieron escribir más. Y se lamenta en uno de sus poemas de los revoltosos del Norte: El Vascón nos retiene entre sus nieves y el horrendo Cántabro no nos concede tregua.

La cosa viene de lejos, parece, aunque el cántabro parece calmado.