LA LEY ESTÁ PARA CUMPLIRLA. A la ley antitabaco me refiero, claro. He salido esta mañana por Bilbao para ver si la ciudadanía era suficientemente responsable y cumplía la ley. He vuelto satisfecho y entrego a la comunidad científica y leguleya esta información:

1) La ley se cumple a rajatabla en la calle: uno de cada dos viandantes van fumando, apurando mucho la colilla (algunos van vestidos de tenderos o enfermeras y he visto también a algún que otro cargo público, será el rebufo de la Nochevieja).

2) La ley se cumple escrupulosamente en los bares de fumadores: he hecho una ronda por Pozas y en todos se fumaba con gran libertad.

3) La ley se cumple en los domicilios particulares: en el mío, sin ir más lejos, se sigue fumando sin problemas.

Hasta aquí mi investigación. No he visitado empresas ni hospitales por no molestar: ¡a lo mejor están echándose un pitillo y llego yo a incordiarles!

UNA VUELTA POR LOS CHINOS. Los chinos: las tiendas "multiprecio" que están inundando Bilbao y alrededores y desplazando a las obsoletas Todo a Cien.

El clan de los chinos vigila cada pasillo de estos macroalmacenes de miniprecios. No tienen ni idea de castellano, pero no les importa. Una niña que ya va al colegio traduce lo que haga falta desde sus ojos rasgados.

Lo mejor es escuchar cómo hablan entre sí. Esos sonidos guturales, monosilábicos, se supone que milenarios, se supone que chinos.

Compro una bola gomosa que se enciende cuando la agitas mucho. Me da la risa tonta. Al pagar, la sonrisa china con un niño en brazos (que me mira como para invadirme) suelta un "Agur" que me hace abandonar temblando el local.

Una raza superior. Eso es lo que son. Y han elegido Bilbao para comenzar su invasión.

PERROS CALLEJEROS. Ya no son los de antes, los que vagaban sin dueño hurgando en las basuras, los que hacían de lobos en las ciudades, medio despellejados por reyertas fratricidas. La civilización ha traído otros perros burgueses, vestiditos y todo, que saben comportarse, levantar la pata y darte la mano. Ahora hasta tienen quien les limpie las caquitas y no se sabe qué da más asco: si verles defecar o ver a sus dueños haciendo la limpieza del pavimento (que nunca es perfecta y puedes resbalarte, incluso mejor).

Los perros domésticos acompañan mucho. Hacen de personas, de niños o de amigos.

Diálogo callejero (dueña y perro):
-Anda, vamos a tomar un café.

Habráse visto.

UCRONÍA. Leo La conjura contra América, la última novela del estadounidense Philip Roth. Utiliza la ucronía (alteración de los hechos históricos) de una manera ciertamente extraña: imagina que en las elecciones americanas de 1940 no ganó Roosevelt, sino el aviador Lindberg, el primer hombre en cruzar el Atlántico, que había mostrado sus simpatías por Hitler.

La comunidad judía de Estados Unidos tiembla ante la amenaza del antisemitismo, cuando Lindberg sella un pacto de no agresión con Hitler. Lo demás lo pone el talento de Roth, que se centra en una familia judía cuyos apellidos coinciden con los suyos.

Esta novela no se te puede escapar.

¿QUÉ ESTÁ PASANDO?. Llevaba meses sin leer los periódicos y ayer, un domingo tonto, me empapucé de dos. Acabé inquieto.

Bono, ante unas declaraciones de un teniente coronel español, asegura que se ha creado "alarma social" y ordena arresto domiciliario para el militar. Leo una y otra vez el titular y no entiendo nada. ¿A santo de qué el líder de U2 interviene en un asunto interno del Estado español? Remiro por su página web y no encuentro nada. La alarma social ha debido de ser grande, ya que el mítico grupo se apresura a tomar partido y a arrestar a un alto mando del ejército de otro país. Un gesto simbólico, supongo.

Quizá deba leer los periódicos más a menudo.

MORIR EN EL DESIERTO. Entre los sinsentidos del deporte contemporáneo hay uno que dura ya 28 años. Es la Dakar, que ayer se cobró su víctima número 23. No se sabe si en el recuento están también los muertos civiles, a los que se suele llamar indígenas. La organización ha decidido neutralizar hoy la etapa en "homenaje" al motorista australiano que ayer perdió la vida.

La Dakar es la chulería del Primer Mundo que monta su espectáculo en África. Porque África no deja de ser una finca de recreo para los forratus aventureros, entre los que se encuentra esta vez el ínclito Carlos Sainz, con querencia a las rocas.

¿Por qué se neutraliza sólo una etapa y no toda la carrera?

ARICOS. Oído en Navarra:

-Se están poniendo de moda los coches esos de los aricos.

Eso tienen los navarros: covierten el glamour en las zapatillas de andar por casa. Son grandes.

EN EL METRO. Me topo con un matrimonio foráneo en las máquinas expendidoras de billetes del metro de Bilbao. No aciertan. Acuden a la cabina, donde les informan que sólo pueden sacarse billetes en las máquinas. Vuelven a las máquinas. Allí sigo yo, que no acabo de encontrar una moneda de veinte céntimos de euro. Me ofrezco a ayudarles.
-Pues en Madrid -dice la señora- te dan billete en las cabinas.
-Pues aquí no -respondo-. Aquí somos más modernos.
En un periquete, tras mis instrucciones, se hacen con el billete. Me dan las gracias.
Muy ufano, por haber realizado un acto cívico de ayuda al extranjero, me encamino hacia mi andén.

Cuando estoy a punto de entrar en el vagón, me doy cuenta de que me he equivocado: iba a tomar la dirección contraria. Vuelvo sobre mis pasos, subo las escaleras y bajo por el otro lado. Ahí está el matrimonio de Madrid, que no se ha equivocado de andén.

Hago como si nunca les hubiera visto.

EN LA BIBLIOTECA MUNICIPAL. Llevaba yo tiempo sin atreverme a cercarme a bibliotecas públicas (por lo de la foto), pero ayer me armé de valor. No tuve tanto valor, porque evité la red de bibliotecas de Bilbao y huí a la de Barakaldo (ciudad fabril).

La bilbioteca de Barakaldo es única. Es única porque sólo hay una y porque todos los libros están a la vista y están forrados. Admiro esa labor sorda de forrar los libros, que impide que los libros públicos se soben demasiado.

En la bilbioteca de Barakaldo, como en todas las bibliotecas municipales, la gente se dedica a leer periódicos en estricto orden. Existen mafias organizadas que impiden al visitante ocasional acceder a los periódicos comunes. Siempre tienes el Diario de Soria libre, pero no ninguno de los grandes.

Pero yo iba a leer libros. Me senté la esquinita de una de las mesas, tan contento. Y, en eso, entra uno de los habituales, quizá el capo. Se me acerca y me dirige una mirada asesina:

-¡Este es mi sitio!

Así que en las bilbiotecas públicas hay sitios. Yo no lo sabía. Dudo entre montar un pollo o trasladarme a aguas internacionales. Hago lo segundo.

Eso sí, hago mucho ruido con la silla cuando me levanto.

REBAJAS. Sábado tarde en El Corte Inglés. Todos los alrededores de Bilbao están allí. Gente de mediana edad que toca mucho las prendas.

Te pruebas una americana. Al instante, muchos ojos se fijan en ti, inquisitivamente, y sienten la necesidad de probarse también esa americana. La gente, como es de mediana edad, todavía guarda las formas, y esperan a que te la quites para hacerse con ella. Quiero decir que no te la arrancan in situ.

No son por tanto, unas rebajas agresivas. Todavía recuerdo otras de hace años en las que la gente esperaba en largas colas a la apertura del comercio y se abalanzaban luego hacia los estantes, en una operación de rapiña en la que más de uno y una acababan a puñetazos o tirándose de los pelos.

Una cosa que no entiendo: en las rebajas se cobran los arreglos. ¿En qué quedamos? A veces el arreglo te sale por un ojo de la cara y acabas pagando más. ¿Que exagero? ¡Pues claro!

CAÍDA LATERAL. En este caso es literal. La revista Lateral ha caído por problemas financieros. Dice la prensa que para evitar romper más los nervios a su director.

Una revista cultural en este país no tiene amparo. El Marca se lleva buena parte de nuestras fuerzas lectoras. Así que uno no sabe si alegrarse o condolerse. La cultura va por otro sitio que el de las revistas y los suplementos. El mundo cultural sufre una endogamia peligrosa: la calidad ahoga los resultados económicos. La verdad es que se entiende poco de lo que dicen los expertos en la cultura: es un blablabá (palabra trilliza, por cierto) muy culto, que por eso mismo asusta.

Volver al folletón, a Marcial Lafuente Estefanía. Esa es la cuestión.

VAMOS A PLUTÓN. El último planeta del sistema solar. En la lista escolar aparecía al final: Urano, Neptuno y Plutón. El de la órbita rara rara, el pequeño planeta con su satélite Caronte, el único que todavía no ha sido fotografiado por los satélites. Ahora la NASA (que tiene algo de navarro en la terminación) lanza su misión espacial hacia esas latitudes para saber de una vez por todas qué aspecto tiene el planeta heladísimo.

Descubierto en 1930 por los chicos del Observatorio Lowell, enseguida se aprestaron a elegir un nombre adecuado. La viuda de Lowell, Constanza, sugirió que se llamara (claro) Constanza. En esas, al otro lado del Atlántico, en Oxford, un abuelo lee a su nieta de once años la noticia del descubrimiento. La niña, muy seria, no duda: el nuevo planeta debe llamarse Plutón, como el dios subterráneo. ¿Qué tenía que ver lo subterráneo con lo espacial? Nadie reparó en esa contradicción, y el nombre enseguida hizo furor. El abuelo habló con un astrónomo amigo, que telegrafió al observatorio Lowell. La sugerencia, aunque inglesa, fue increíblemente aceptada.

Hoy la niña tiene 87 años. Se llama Venetia Burney y aún recuerda aquella conversación antigua con su abuelo.

También podía haberse llamado Plutón Venetia, digo yo.

Quiero ir a Plutón.

PUENTE AÉREO LUGO-BILBAO. Siempre he huido de los que cuentan sus sueños. Me salto esos párrafos. Bastante tengo con explorar la realidad para meterme en la irrealidad.

Pero, claro, llega un día (una noche) en que uno sueña y no puede dejar de contarlo. Así que sáltate los siguientes párrafos.

El sueño de esta noche no ha tenido nada que ver conmigo. Resulta que me iba a Lugo a trabajar en un Instituto. Y resulta que, una vez en Lugo, la calle principal de Lugo se parecía terriblemente a la Gran vía de Bilbao. Nunca he estado en Lugo, pero parecía que estaba en Bilbao. Hasta la gente de Lugo parecía de Bilbao hablando en gallego.

Después de ir a Plutón quiero ir a Lugo.

ESTADO POLICIAL. Con la lucha contra el racismo pasa como con la de la homofobia: si se exagera, se cae en el más patético ridículo.

Esta vez no es Webó, sino Eto'o. En otros países se sanciona (y muy duramente) al que escupe. En este, al que critica al que escupe.

El Comité Antiviolencia se reunió en el Ministerio del Interior, lo cual lo dice ya todo. Otra vez la Police, que ve en las declaraciones de Clemente indicios racistas. Pero, ¿qué dijo Clemente? Clemente se equivocó al afirmar que sólo escupen los que bajan de los árboles. Y eso no es cierto de ninguna de las maneras. Escupen las llamas de los Andes, escupen los ciudadanos (blancos, negros y amarillos) en las calles de las ciudades, tengan o no árboles. El delito de Clemente lo debería valorar la Real Academia de la Lengua.

A quien debería expedientar el Comité Antiviolencia es a Darwin que, por estas cosas del fútbol, vuelve a ponerse de moda. Y, puestos a expedientar, debería expedientarse a sí mismo, por racista. ¿Qué siniestros mecanismos mentales de los integrantes del Comité Antiviolencia hacen concluir que quien baja de los árboles es negro? Eso sí que es racismo rancio, de dibujos animados. De los árboles baja todo el mundo y así se explica que escupa todo el mundo.

No quiero ponerme pesado. Yo mismo me subía a los árboles cuando estaba más ágil y escupía desde allí a todo el que se pusiera en mi ángulo de tiro. Pido perdón. Pero que no me llamen negro.

TRADUCE, QUE ALGO QUEDA. Me llega el manual para el usuario del monitor LCD, en cinco idiomas. Elijo el más sencillo (el "español"). En la introducción se afirma:

El presente equipo había aprobado y cumplido con el límite de la Clase B del aparato digital. Estes límites son desginado para promover protección razonable contra intervención dañosa de instalación residencial. El equipo generar, usar y se puede radiar energía de frecuencia radial y, si no se instalaría según las instrucciones, podría causar intervención dañosa para comunicaciones de radio.

Salvo ese condicional navarro ("si no se instalaría") y alguna que otra incorrección sintáctica, el mensaje está claro: si no se observan las instrucciones, habrá intervención "dañosa". Así que leo las instrucciones.

El monitor está equipado con tres-cable de tierra tipo enchufe, un enchufe hay tres (piso) patas. El enchufe colocará solamente el tierra-tipo salida de energía. Tal característica de seguridad, si Ud. no podrá insertar el enchufe a la salida, comunicar con su electroténico para cambiar la salida obsoleta. No se derrotar la seguridad del enchufe tipo-tierra.

Siento un leve mareo. Las gafas multifocales me están jugando una mala pasada. "Hay tres (piso) patas", me digo. ¿Hay tres patas en el piso? ¿Piso tres patas en el hay? ¿Y si pisando tres ay me salen tres patas?
El párrafo siguiente quizá arroje alguna luz al galimatías:

Que no se permitirá dejar cosas sobre la cuerda de energía. No colocar el monitor al lugar donde tendrá abuso de uso

¡Acabáramos! Todo el intríngulis está en el "abuso de uso". Así que apago el monitor y hasta mañana (si vivo).

LA VERDAD DE LOS RELOJES. "Hasta el más tonto hace relojes". Eso era antes, cuando se hacían a mano y había que encajar bien las ruedecitas y demás artilugios.

En otro tiempo se aprovechaban los relojes para hacer literatura. Ahora, como mucho, sólo pone en la esfera "Quartz" y en el reverso "Water Resistant". Antes los de pared o los de sol llevaban leyendas profundísimas. Un amigo que colecciona leyendas (no relojes) me presta estas dos, que dan escalofríos:

Todas las horas hieren, la última mata.

Es más tarde de lo que crees

MORDERSE LA LENGUA. Así se titula esta exposición sobre erratas, errores y horrores lingüísticos en la prensa que organiza el Centro Virtual Cervantes.

Hay cosas buenas, como el "bebé de 21 años" que resulta ileso tras caer de un segundo piso, los "padres recién nacidos", el "viernes 5 miércoles de ceniza", o la difícil situación de Cantabria, que tiene "131,73 reclusos por habitante". Tampoco está mal el nadador que se salvó por el "instituto de supervivencia". Aunque nada mejor que el futbolista que se lesiona "el dedo derecho del pie pequeño".

También hay una "hernia fiscal", una "fractura de vía aérea" y "1.125 vehículos que chocan contra un turismo".

Hala.

UNA DE BANQUEROS. Leo estos días Plaza del Castillo, la estupenda novela de Rafael García Serrano sobre la sublevación de Navarra nada más acabados los sanfermines del 36. Dice allí:

La tribu de los privilegiados es mucho más difícil de combatir que la de los revolucionarios de barricada y quema de conventos. Me produce mucho más miedo un banquero español que ese pobre Lenin español (alusión a Largo Caballero) con su tartera de caviar y dinamita. Cuando el enemigo está delante se le dispara y santas pascuas. Pero cuando no se sabe dónde está, uno lo pasa francamente mal.

Esta reflexión podría completarse con otra joya de la literatura sobre banqueros: El banquero anarquista de Fernando Pessoa.

No conozco un márketing más desastroso que el de los banqueros españoles. Se diría que cada vez que emprenden una campaña publicitaria logran cabrear al personal (me refiero al personal de cuentas corrientes exiguas, de ventanilla y no de visita al despacho del director de la sucursal). Uno de nuestros principales bancos ha elegido como último lema algo tan sencillo como "Adelante". Y uno piensa que es verdad: adelante, a seguir forrándose a cuenta de las comisiones, los retrasos y las puñetas, que hacen que tu cuenta exigua no sólo no se engrose sino que disminuya paulatinamente.

Adelante, pues. Adelante con asterisco, que es como suelen culminar las ofertas de los bancos. Lee el asterisco y échate a temblar. Qué miedo, los banqueros.

NUEVOS DICHOS. La agudeza popular renueva los dichos, los enriquece, añade otros nuevos. Cuando se puso de moda el "puenting" se empezó a decir:

"Eres más tonto que hacer puenting desde lo alto de una pirámide".

También la literatura brinda materia para la mala leche (literaria). Así, por ejemplo, he podido oír:

"Esto es peor que salir en los diarios de Trapiello"

"Tienes más escobas que Harry Potter"

"Eres más previsible que las columnitas de Antonio Gala"

"Publicas más que César Vidal"

"Te repites más que Jon Juaristi"

COCRETA AUTODETERMINAZIOA. Los Reyes me han echado el Diccionario de Dudas. Así que (sin abusar) puedo consultarlo cuando me lo pidáis.

Siempre que aparece un nuevo diccionario, lo primero que miro es a ver si han aceptado COCRETA. En este tampoco. Se sigue insistiendo en la única legalidad de CROQUETA. No entiendo cómo, habiendo aceptado cientos de términos ingleses, no se acepta este tan castellanísimo y olé de "cocreta" (lo seguiré utilizando en la clandestinidad).

Casi lo mismo pasa con ENCLENCLE. Rechaza esta forma el diccionario, así como la de ENQUENCLE. Sólo puede decirse ENCLENQUE. ¿Hay alguna diferencia? A mí las tres me suenan igual.

Una tercera desilusión. Sigue sin aceptarse EXHUBERANTE. La hache sobra (parece), aunque parezca exhuberante, digo exuberante.

LA NIEVE SE HIELA. La ola de frío ha dejado en Bilbao nieve hasta en las playas, cosa que no se veía desde los años ochenta de otro siglo. Hay una euforia especial, sobre todo entre los escolares, que enseguida descubren que el material es lanzable.

Dentro de esa euforia, la gente echa mano de sus conocimientos del bachillerato para explicar estos fenómenos meteorológicos, ayudados por las explicaciones de los hombres y las mujeres del tiempo de la tele. Cosas que se oyen, por ejemplo:

"Nieva porque las gotitas de agua se congelan en el espacio".

"Si la nieve cae tan lenta es porque ya no se vende Marlboro en los estancos".

"Cuaja porque las temperaturas se derrumban por debajo de los cero grados. El efecto Coriolis hace el resto"

"Para que granice (¿o es granize?) hace falta un frío a lo bestia que convierta la nieve en piedras".

"No, primero es el agua que se congela y luego la nieve que se derrite".

"El amianto del Guggenheim impide que la nieve se adhiera al edificio: por eso nieva, pero llueve".

Uno, que es de letras, sonríe beatíficamente ante tamaños argumentos y, por si acaso, no se acerca a los centros escolares.