TURBULENTO Y DINÁMICO. Leemos a Borges, a Delibes o a Valle-Inclán pendientes de los adjetivos. En el resto de las lecturas a menudo pasan desapercibidos. Por ejemplo, cuando echamos un ojo en la portada de un periódico internetero. Leemos titulares, en bloque, vemos fotos, últimamente contemplamos vídeos. Hoy, en cambio, en el pie de una de las fotos de la portada de
elmundo.es un par de adjetivos reclaman la atención del lector: «
El sol es turbulento y dinámico». Ahí es nada. Turbulento: «
confuso, alborotado y desordenado». Dinámico: «
relativo a la fuerza cuando produce movimiento». Se me quedan cortas estas acepciones y el resto de las que figuran en el útil
diccionario del diario (el
buscón de la Rae ahora mismo no tira). Turbulento y dinámico. Ya no quiero ser feo, católico y sentimental.