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LA UVE, DEL PORNOBARNA AL MADROQUERÍO. La musa equis Sandra Uve (muy buenas, señorita, tanto tiempo sin saber de usted: salúdeme también a Don Pedro) ha rodado el vídeo de Top Models, que tocan, junto a los ex Deluxe Meu, el 16 de diciembre en la Sala Woodstock (Portonovo) y el 17 en el Playa (La Carroña).

Publicado el viernes, 9 de diciembre de 2005, a las 23 horas y 57 minutos

PENSANDO EN EL NÚMERO DE LA HABITACIÓN DE SU HOTEL. Patricia tenía, hace veinte minutos, entre 42 y 48 años, cabellera rubia y lisa, cuerpo de barbie ajada, pecas en su pecho tostado y unos bellos ojos marrones por deneí, ergo, Patricia era argentina, concretamente, porteña.

- ¿Cuándo te vas a tu país?.
- Dentro de tres horas.

Patricia debía subir a su cuarto a hacer la maleta.

Publicado el viernes, 9 de diciembre de 2005, a las 20 horas y 59 minutos

PELO PODER DA BUNDA: ÉSTE É O MEU PODER. Reventar tópicos es más entretenido que confirmarlos. El mito de la bunda, por ejemplo, es desgraciadamente cierto. Bunda, en brasileiro, es culo. Me imagino que habrá bundas femeninas y bundas masculinos, pero, si atendemos a las conversaciones del personal de tierra, diría que abundan más las bundas que los bundos (sic).

No ha sido difícil confirmar el poder de la bunda (sirva el título como un pequeño recordatorio de He-Man, señor de Greyskull) en un país que rinde culto, allí donde se encuentre, al culo, pero ojo, porque bunda, aquí, no es lo mismo que culo. La bunda es todo o, recurriendo a esos horribles términos parasanitarios, las cachas o las nalgas. El culo, bueno, el culo es el culo, ojo.

Otro tópico que confirmaremos: muestre usted, mayormente si es señora, todo el culo que quiera, hilo dental mediante, pero no se le ocurra enseñar sus pechos en playa o piscina, porque lo mínimo que le podría pasar sería pillar un resfriado moral. Extraño. Y ojo (ahora sí deben elegir: izquierdo o derecho), no se le ocurra pronunciar la palabra teta, aaargh: opte por peito o seio, porque lo contrario sería practicar el terrorismo frontal o la apología de teta.

Iremos a Río, iremos.

Volviendo al poder de la bunda (o explicando el sentido del primer capítulo de esta accidentada, anatómicamente hablando, serie), podríamos decir que hay dos São Paulo. Viene esto a colación después de un par de comentarios referentes al género femenino nativo, algo que me resbala porque, como buen achinado, soy casi asexual. Pero ante la insistencia del Ingeniere Maqroll o del, como dicen aquí, Ministro Gareca, me veo obligado a hablar de esta metrópoli dual.

Esto es: nada más llegar, percibí que las calles y avenidas paulistas estaban atestadas de bípedos y de, vayamos al grano, bípedas (grano que, como en Chinaflat, aquí también abunda: toca post gastronómico). Caminantes que no han llamado, precisamente, la atención de servidor. Eeeh, las brasileiras por aquí. Oooh, las brasileiras por allá. Y bueno, quizás sí, tal vez por allá la cosa cambie. Pero en la ciudad más industrial del país, en la meca de los negocios amarillos (me encantan las coincidencias con mis ex compañeros chinaflateros), el asunto no es muy halagueño.

Razones haberlas, haylas, pero lo dejaremos para otro día.

En fin, sólo me hicieron falta 24 horas para percatarme de que la noche es parda. Aconteció en mi primera salida, por Vila Magdalena, donde impera la estética carioca, con sus locales decorados a imagen y semejanza de los de Río de Janeiro, lo que tiene su coña, porque incluso se habla ya de bares de Río que, en una espiral estúpidamente clónica, se copian a sí mismos (el equivalente en España sería el típico bar de viejos transformado en taberna neorrústica con mantel de cuadros e hilo musical de Goldfrapp gestionada por dos bolleras, o tres, copiado de una ciudad y llevado a otra. Ahora que lo pienso, el ejemplo es malísimo, pues es como comparar una bañera con un geyser).

Decía: fue en Vila Magdalena, pero sobre todo en un sarao al que asistí a los tres o cuatro días de llegar aquí, donde me di cuenta de que la señorita Jekyll no tiene nada, pero nada que envidiar a la nurse, cajera, dependiente o transeúnte Hyde.

La segunda confirmación a la que hago alusión (se me acaba de escapar ilusión, qué estúpido) fue la ultrapija y pretendidamente enrrollada fiesta organizada por la revista VIP: joven en portada ligera de ropa, confesiones de una señorita sobre cuando lo hizo con su jefe (y aún si fuera con el mensajero) en la oficina, un reportaje de pseudoinvestigación sobre el tráfico de drogas en el Parque de Atracciones de Porto Alegre y una famosilla tapadísima flanqueada por un titular tipo: “Me gustan los hombres que me la metan hasta la campanilla pero sensibles” (perdonen por la hipotética, burda y falsa declaración, pero ya las hemos leído no más contradictorias -porque la cita podría ser perfecta- pero sí más bobas).

Vamos allá. Fiesta de VIP Magazine y, tras un cóctel y durante la cena, entrega de los premios Homens do Ano. Sospecha: el premio al Mejor jugador de fútbol se lo dan a Rogério, portero y goleador del São Paulo, y no a Ronaldo o Robinho por dos razones: me ahorro el viaje, el alojamiento y las dietas de los Ro/binho/naldo y me aseguro que el bueno de Rogério recoja el galardón en persona, cosa difíl en el caso de los Binhos/Naldos. Sonrisa: el premio al Mejor chef se lo llevó Alex Atala, pataca minuta, que diría, aunque él lo desmienta, Caneda (sí, el ex del Compos).

Joder, no vamos allá ni pa Mao. A ver: no voy a hablar de las azafatas porque, después de perder la retina oriental entre una hojarasca que ejercía de alfombra e iba desde la entrada hasta el hall donde se celebraba el cóctel, decidí poner a buen recaudo la occidental (o sea, la retina que me quedaba) y no mirar más allá de mi copa. Tuve que hacer malabares visuales para ir, antes de acceder a la sala comedor-escenario-dance, al baño. Se lo pregunté a una japonesa, embutidísima de negro y de profesión azafata, pero observándola de refilón y sin inclinar la vista, no fuese a ser.

Me repito, pero toca post japos.

Respecto a las invitadas, tampoco voy a hacer comentarios frívolos porque aquí, en Mi vida como un chino, somos, como la mujer del César, muy serios. Pero la verdad es que sí: qué trabajo nos manda el Señor, o sea, Mao (esquerda ou dereita, como vocé prefira, tanto ten).

Y nada, que las confirmaciones siguen (São Paulo, como la peli de Chabrol: Prostituta de día, señorita de noche: ojo, léase lo anterior como licencia poética para expresar dos realidades distintas, que no tienen nada que ver con el lupanar ni con la buena educación), pero no es el momento de continuar con el muestreo porque si no, no va a quedar pantalla para tanta letra.

Les emplazo, pues, al próximo capítulo de Pelo poder da bunda: éste é o meu poder, que seguramente versará sobre a balada: danzarín, alcohólico y noctívago concepto. Ya saben: a la misma hora, en el mismo sinocanal.

Con Mao.

Publicado el jueves, 8 de diciembre de 2005, a las 21 horas y 19 minutos

MIRARSE EL OMBLIGUITO PUEDE PERJUDICAR SU SALUD. Extasiado, al sufrido maquetador del Playboy se le fue la bola y el ombligo. Que se lo digan a la apocada y roedora Andreza, carne de Photoshop.

Publicado el jueves, 8 de diciembre de 2005, a las 14 horas y 18 minutos

HÁGASE LA PAZ VERDE Y ORDENADA EN EL E-BASURERITO. HP: Harmful Products. Y no sólo.


* Ojito con la foto de Darth Vader.

Publicado el miércoles, 7 de diciembre de 2005, a las 15 horas y 35 minutos

LA MADRE* DE TODAS LAS RESACAS. Ayer me bebí muuuchas Bohemia Long Neck (y escribo la cursilada Long Neck y no digo que bebí muchos tercios de Bohemia porque la rubia
–5,07% vol.– contiene 355 mililitros y no 333), precedidas de mi cerveja favorita, la Chopp Brahma, una caña bien tirada, con sus tres dedos de espuma (ahora sí, un tercio del copo), su bajísima temperatura y su fecha de caducidad de diez días (desde que se envasa hasta que se consume, no desde que se sirve hasta que se engulle, lógico).

Pues eso, que hoy, después de dar mil vueltas en un colchoncillo que mis anfitriones habían tendido en el salón, sin poder zamparme un par de alka seltzer siquiera (ya que mi cuarto, donde se encontraba el bayeriano remedio, estaba ocupado por una parejita que se vino ayer a São Paulo para ver a los Pearl Jam), terminé despertándome por culpa de los bocinazos y gritos de la afición. Menos mal que los albinegros jugaban en Goiás, que si no la metrópoli sería un sindiós (evangélico, por supuesto). Cuarto título para el Corinthians y enésimo sufrimiento, el de la resaca, para servidor, que eligiría, como ejercicio de ocio, los siguientes equipos como favoritos:

- San Lorenzo (no, el de Almagro, no).
- Bergantiños.
- Deportivo.
- Roma.
- Boca.
- y, supongo, Palmeiras.

Mostrando su cariño y adhesión a otras formaciones. Léanse:

- Cádiz, Atlético, Celta y Compostela.
- Livorno y Chievo.
- y, en su día, Eibar, pero sólo porque uno de sus directivos me regaló una insignia al finalizar un encuentro de Copa del Rey entre mi segundo equipo y el vasco, lustros ha.

En fin, que la resaca ha sido matadora, pero indigna de récord. Apunte íntimo: ante la carencia de alka seltzer (en el cuarto de la parejita), busqué un paño y, dada la falta de estofa, tiré de calzoncillo blanco, que, después de ser convenientemente humedecido, fue plantado en mi frente, vuelta y vuelta, hasta que conseguí quedarme dormido.

En la calle seguían los petardos, las furgonetas repletas de torcedores en plan Carlinhos, la muy tribal apología del claxon y el día que se esfumaba. Tan mal no estaré cuando escribiendo esto estoy: tengo ganas de, tomándole el comentario a nuestro fiel lector Gareca, hablar del efecto garota, pero no es momento ni lugar. A lo largo (y ancho) de la noche de ayer, tomé las penúltimas notas para la redacción de dicho post, que tengo en la cabeza desde el segundo día que estoy en Brasil.

Por cierto, el amigo de mi amigo secuestrado estaba a varias cuadras de mi bloque, ya que pudo ser localizado a través del seguimiento de las llamadas de su móvil. Terminó siendo liberado, horas después, tras pasar dos veces por caja. Mejor dicho, por cajero. Pero el tema de los secuestros relámpago (o express) también dará para otro post. Sean buenos, no rompan nada y hasta la próxima, riñón mediante.


* Porque madre no hay más que una.

Publicado el lunes, 5 de diciembre de 2005, a las 0 horas y 31 minutos

SEQÜESTRO EXPRESS. Hace una semana que llegué a São Paulo. Desde entonces, moro temporalmente en Morumbí. El lunes, cuando mi caro Dom Danilo llegó a casa, se sentó en una banqueta de plexiglass, suspiró y dijo, apesadumbrado:

- Hoje seqüestrarom ao meu amigo Equis.

Publicado el sábado, 3 de diciembre de 2005, a las 21 horas y 51 minutos

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Ilustración de Toño Benavides
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