DESDE LOS MARES DEL SUR, SIR CARLINHOS ZOLA WROTE... Don Matías: he comprobado que últimamente aquí ni chinos, ni ná. ¿Dónde está ese gracejo galaico con el que nos destornillabamos hace un tiempo? ¿Dónde está El Largo y La Canija? ¿Es que el agua del Atlántico le ha humedecido a usted el humor inglés del que hacía gala?

¡¡Queremos a Matías en la pequeña China!!

Un hombre, un voto... ¡Quememos las urnas!

¡Viva MB!

Todos con Matías. Comentado por Carlinhos Zola 12/1/2006 | 17:54

DIME QUE NO ERES INVISIBLE. Se llama Silvia Penide. Nunca la he visto.

ROI ME PREGUNTA SI HAY CHINOS EN BRASIL... Y cuando leo la amarillista cuestión planteada por el músico de los Homens, me vienen a la retina los ojos rasgados, pero no precisamente los pertenecientes a los cachorros de Mao.

Eso sucede porque en São Paulo hay muchos, muchos japoneses. La colonia nipona es tan copiosa y se ha mimetizado tanto en esta sociedad de razas que, después de varias generaciones, a servidor le resulta muy simpático escuchar a una japo hablando con un sotaque del copón: un marcado acento amarillo, brasileiro, como Mao manda.

A servidor le hace gracia, en realidad, porque es un ignorante y antes de llegar aquí desconocía que, allá por 1908, cuando los yanquis echaron el pestillo, Brasil comenzó a acoger a una significativa parte de aquella masa trabajadora y emigrante japonesa, que a buen seguró deseó que lloviese café en el campo para no tener que recogerlo ellos, duro curro.

Me lío: sí, en Brasil también hay chinos y, según algunas estimaciones, suman unos 200.000, pero ya saben ustedes que con estos nunca se sabe. De ellos, el noventa por ciento viven en SP. Daré cuenta en breve de la fiesta que se va a montar por vez primera en el barrio da Liberdade para conmemorar la llegada del año nuevo chino.

Por cierto, toca perrito piloto.

ES UN PLACER PRESENTAR LOS MUSIRECUERDOS DE CLOVIS. Cristina Plaza, vocalista de una de las bandas revelación del año pasado, los exquisitos Clovis, a quienes pudimos ver en Moby Dick o Freeway en formato electroacústico, nos envía sus tres magníficos y sus otras tantas magníficas.

Antes de cruzar el Atlántico rumbo SP, nos quedamos con ganas de ver a Cristina y Fino Oyonarte con la banda al completo y se nos pusieron los dientes largos con tanto Wintercase y tanto teloneo de lujo, de Nada Surf a The Tears, bolos que también contamos por ausencias. En fin, otra vez será, pero ya tarda. Suerte en el que será su año y gracias por la selección.

Memories, she wrote (abro comillas):

Mas que hacer una lista o aplicar el calificativo de mejor, prefiero pensar que cuando recuerde musicalmente el año 2005 lo haré por esto:

- Conciertazo: REM, en Madrid.

- Concierto íntimo: Mercromina, Teatro Circo (Albacete)

- Revelación directa: Alondra, Murcia. Prepárense.

- Canción en directo multitudinario: La gran aventura, Mercromina, en el festival Sonorama (Aranda de Duero). Más emoción y me da un infarto.

- Canción en directo cerquita: Old whore's diet, Ruffus Wainwright, en Aqualung: autocoronado como Miss Madrid, y toda su banda haciendo striptease.

- Canción revelación: Cien latidos por segundo, de Jonston en Staff (Madrid). ¡Atención!

Espero que el hemisferio sur le trate bien.

Un gran abrazo.

Cristina Plaza

EL MEJOR CONCIERTO DE 2005 PARA JOAQUÍN R. HA SIDO... (reproduzco literalmente sus palabras) el de Antony & The Johnsons en la Praza da Quintana, en Compostela... Sencillamente delicioso (aunque no tocó Fistful of love).

Mejor concierto en la distancia corta: posiblemente, Giant Sand, con Howe Gelb a la cabeza y frente a tres micrófonos, en la sala Vademecum, en Vigo.

Y Mejor concierto revelación: pues Arcade Fire, por aquello de que la primera vez que les ví no sabía la que montaban. Fue en Portugal, en Paredes de Coura, y estuvo muy entretenido, con los músicos cambiándose los instrumentos, algunos de ellos peleándose en escena, los cascos de motorista, las carreras, la zambullida final entre el público con la guitarra puesta... Bonito.

¿Mejor canción interpretada en 2005? Ahí me has jodido bien... Me cuesta decidirme... Vale, ya está: Pendant que les enfants jouent, de Dominique A.

¿En la distancia corta? Me voy a repetir, que tratándose de Antony & The Johnsons no me importa una mierda: Fistful of love.

¿Y la Mejor canción Revelación? Pues mire usted, que diría el bigotón y difunto, digo capullo, Aznar: Fake Palindromes, de Andrew Bird & The Mysterious Production of Eggs.


Una visual auditiva de Joaquín R.
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NOTA: Pinchando en Comentarios (abajo), la interesante selección danone de Javi K (gracias a los dos).

DESDE EL NOROESTE PENINSULAR... Pepe Cunha se abre de orellas para dejarnos en el buzón de Chinaflat un sobrecito amarillo con sus Mejores conciertos de 2005:

- Mejor concierto: Elvis Costello and The Imposters, en el Pavillón das Travesas de Vigo.

- En la distancia corta: La habitación roja, en el Playa Club.

- Mejor concierto revelación: Sweet Apple Pie, en el Felipop.


Y sus Mejores canciones interpretadas en 2005 han sido:

- Mejor canción: Oyendo canciones, de Tarik y la Fábrica de Colores.

- En la distancia corta: No digas que no te avise, de Lapido .

- Mejor canción revelación: Play The Hits, de Hal.


Esperamos todavía las votaciones de algunos clientes musicómanos como Maqroll o Gareca, por citar un par. From Montealto, As Cascarilheiras reinciden en la distancia corta (JS & PN, también votados por el jergonista señor Burdon) y aportan dos nuevas guindas sonoras. A saber:

- Mejor concierto: John Lee Hoocker Jr. (Teatro Rosalía, A Coruña)

- Mejor concierto en la distancia corta: Josele Santiago y Pablo Novoa (Monforte).

- Mejor concierto revelación: Jet Lag (Sala Capitol, S.C.)


Pronúnciense ustedes también. Se aceptan prosélitos y proselitistas. Absténganse vales de comida.

DESDE EL OJO RUMIANTE QUE TODO CUANTO ALCANZA VE... Había ocasións en que nin lembraba de que xeito chegara a min Wei. Eran aquelas nas que a tardiña se demoraba entre poemas esparexidos polo piso e copas dun saboroso mencía que eu mesma fora buscar á casa duns labregos de Sober, ao pé das escarpadas encostas da sacra ribeira do Sil.

Wei viñera da China como un deleitoso presente remoto e inesperado. Un día abrinlle a porta e decidiu, para a miña ventura, permanecer entre as catro paredes que mal me amparaban do (in)mundo. Todo o noso tempo compartido dedicabámolo a honrar os gozos máis suculentos. A nosa cama era un chan estrado de sabas, pezas de roupa en anarquía, alfombras, almofadas... e alí recitabamos en singular desafío: se eu traía á boca os versos de Afonso Eanes do Coton , Fernando Esquio ou Pero da Ponte, el veña a cativarme con Wang Wei, Li Po ou Su Shih; se eu respondía coas "Posturas pra copular en homenaxe" de Ferrín, el agasallábame con Shu Ting... e así decorrían as horas e os versos regados a cada pouco por aquel caldo morno e afroitado nacido nas terras de Lemos.

Ás veces ficabamos tan ebrios de viño e poesía que Wei se erguía para ofrecerme máis dos seus gostosos praceres —non me fose eu restrinxir a aquelas dúas delicias—. Entón fechábase na cociña e saía ao pouco envolto no arrecendo dun apetitoso arroz á cantonesa que eu servía para min na donda curvatura do seu lombo cóncavo. Daquela, mentres eu me afanaba cos dedos e coa lingua no arroz e nas súas costas, a Wei dáballe por deitar tinta sobre as sabas e escribir con mestría caligráfica os versos que outrora agromaran dos seus labios. E Li Bai desfilaba en estrofas debuxadas con arte milenaria e maxistral ante as miñas pupilas ávidas de lírica e de cereal: "os sensatos, os austeros fican sos e esquecidos... bebe...". E eu comía.

Elvira Riveiro. Arroz á cantonesa. O ollo da vaca.