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SAGITARIO. La suerte caminará a tu lado.
Reconozco que a veces galopa. Soy una afortunada, o así me siento. (Aunque lo hago como todos, reposando las posaderas)
Pero, qué diferente es eso de la suerte.
Para unos, tenerla es sinónimo de estrella, para otros de fatalidad, y para todos de fortuna.
Como siempre, todo es según el prisma según el que se mira.
Pero hay que reconocer que no es lo mismo hacerlo con cataratas y astigmatismo, que tras unas largas pestañas.
No es lo mismo comprar una revista cara buscando un bolso de marca para llevar la gata, que rebuscar un empleo en un panfleto. No es lo mismo.
No es lo mismo, un abrigo de piel, que tener la piel como abrigo. Y tampoco lo es, ingresar dinero en el banco, que te ingresen por dormir en un banco. No lo es.
Es curioso como lo que para unos es una suerte tremenda, para otros es un enorme fracaso. Veamos un caso:
A los dos les llama Hacienda, no porque esté cada vez más cerca y la pille de paso, sino revisando: El uno acojonado ya se ve entre rejas por todas las que ha liado. Y el otro, fantasea con una recompensa por ser el cliente del año. La mente es la pera limonera y cuando algunos la sueltan, otros se bloquean.
Más suerte es que la veas, que te vea.
No hay como tenerla para no creer en ella.
Dicen que algunos nacen con estrella, y por eso la tienen. Otros estrellados, y por eso se despeñan.
Yo pienso que no hay estar en la luna para fantasear, ni que te den un golpe para ver las estrellas, y que el cielo, puede estar ahí arriba azul o nublado, pero lo importante es tenerle siempre al lado.
Publicado el lunes, 20 de febrero de 2006, a las 16 horas y 32 minutos
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