WELCOME CHARLIE. Me llama Carlillos y me dice:
“Oye, Matías, ¿qué tal si te hago una visita?”. Bueno, pues...
¿Cómo explicarme? A ver, caro, resulta que
Chinalady, mi casera, ha puesto una nota en la nevera en la que explica, entre otras reglas achinadas, que está prohibida la presencia de personal ajeno a la obra (de Mao) a partir de las once de la noche.
“Pero no creo que haya ningún problema”, le digo. Eso sí, antes, se lo preguntaré, aunque sólo sea por cortesía, no vaya a ser que...