LA RAZA. Tolero que un taxista me dé un par de vueltas, pero no soporto que me meta el rollo, justificándolas.

Nota a pie de post: cuando, después del paseíllo, se despide sonriente tras entregarme la maleta o bulto (menudo sustantivo) sin darme el cambio (dos euros, pongamos), pienso en una revolución. Y no sólo cultural.

SOLO LE PIDO A MAO QUE NO ME SALGA UN HIJO TUNO. Me topo con una bitácora sobre tuning en esta merienda de blogs y me llama la atención su clasificación: deportes / motor. He leído cosas peores, pero también es cierto que el papel que las contenía se ganó a pulso su puesto como envoltorio de pescao.

(Lo siento, Manu, el ao de Mao era una coña).

TRADICIÓN ORAL. Esta noche, camino a casa, escribí mentalmente un breve relato húmedo. Un tropiezo con
Onán nada más franquear la puerta hizo que desistiese, dejando la pantalla en blanco. Ahora, me fijo que la Mussolini se ha hecho los labios. Hablando de la reina de Roma...

EL QUE AVISA, NO ES TRAIDOR (DE LA REPÚBLICA). Y yo me pregunto: si los jedis son la hostia, ¿por qué se cargan a una docena de ellos en dos minutos de metraje? Por qué o, casi mejor, cómo.

Sé que debería haber avisado con una palabreja de esas que utilizan los más avezados en el lenguaje internetero para no joder el argumento de un filme, pero ni me acuerdo, ni la encuentro ni creo que me saliese. Tampoco sobraría una advertencia sobre la tropa de la foto de la izquierda: demasiado tarde. Tal vez ya han pinchado sobre ella. Si no es así, háganlo para saber a quién temer antes de salir a la calle.

(A todo esto, la de barbaridades que se han hecho en nombre de la democracia. Y no me refiero sólo a la peli de los Sith esos).

FILIAS (VIGÉSIMO NOVENO EPISODIO). Di que no, niña.

SUCEDIÓ EN EL METRO DE MADRID... Hay historias que sólo te crees si le pasan a una persona determinada. Por ejemplo, ésta. El sujeto y protagonista es Brigado Perón, para cuya descripción se me han acabado los adjetivos hace tiempo. Qué venga Lázaro y se invente unos cuantos.

El de la Biblia, no. El del diccionario.

MI VIDA COMO UN CHINO RECOMIENDA... Un blog que acaba de salir de la máquina, quema en las manos, humea como un café recién exprimido y guiña el ojo a Wenders. El cielo sobre Beijing rezuma nostalgia y está hecho con el grano más evocador de plantación. Ordet lo firma (y he aquí otra vez el cine, aunque ojo con sus gustos musicales: Bowie, Calamaro y Bach). Gran comienzo: El título del blog es toda una paradoja porque no hay cielo sobre Beijing. Uhm...