ELEGANCIA. PERSONALIDAD. Hay veces en que las personas te ponen en una situación en la que lo más fácil es descalificar, acomplejar o machacar usando palabras inteligentes o tan sólo esperar unos segundos a que su imbecilidad se haga presente y llene el ambiente.

Siempre lo más fácil es faltar. Siempre la postura más sencilla es atacar. Si tu enseñas los dientes, yo me los afilo... si tu muerdes, yo tengo la rabia y el don de escanear el nervio principal.

Pero lo sé, lo aprendí sintiéndome mal, que no tiene ni tendrá ninguna gracia, el cerrar la boca a un bocazas, o ponerse a la altura de un canalla de cloaca.

El tiempo me da la razón, quiza no la momentánea, justo en ese instante que tienes en la cabeza esos misiles a punto de impactar, pero después, cuando ves reducido tu arsenal sin usar, sientes que en ninguna guerra merece la pena participar, incluso si tienes las de ganar.

KAMIKAZES. Estoy convencida: Hay mosquitos que se entrenan para impactar en nuestros ojos. Que viven sólo y para quitarnos claridad.

Alguien me mira, me voy a suicidar.

Los agujeros negros (los iris... ¿o es que ya estavaís pensando mal... o bien?) les llaman poderosamente. Son unos viciosos.

Son unos viciosos que en lugar de (como decían antiguamente) quedarse ciegos disfrutando de su sexualidad, les da placer quedarse ciegos aunque sólo sea mientras llegan al lagrimal.

El próximo que venga directo... no le voy a mirar mal, que eso les deja indiferentes, le voy a gasear con un spray de violadores de-mentes.

UNO DE ENERO, DOS DE FEBRERO... Después de cantar los pajaritos, llego el día de gritar a los toritos.

¿Pero cómo coño, una persona en su sano juicio, se pone delante de una tonelada de carne roja brava y enervada?

Yo creo que no es cuestión de huevos, ni del tamaño de los mismos, ni siquiera de la hora a la que tiene que volver al psiquiátrico, yo creo que es una cuestión de sitio.

¿Es que no hay en Pamplona cafeterias, bancos, bibliotecas... en las que una persona con estudios elementales pueda leer el periodico?

Pero alma cándida! Si no te dejan entrar en casa, vete a leer el periodico a la plaza. No le enrosques y en señal de protesta te quieras tirar a la vaca... que viene con el toro detrás y no es que sólo sea celoso, es que es poco cariñoso... y no sé que me da a mí, llamalo instinto, que no le va a hacer ninguna gracia al analfabeto animal vacuno, que le pases por el morro tu graduado escolar, entre chillidos de: Eh! Eh! Ven torito! Eh Eh! Ah! Olvidaba que no sabes ni leer los títulos! (ABC, o lo que es peor: La RAZÓN, te la enseño pero no te la doy.) Pues vas listo.

Llámalo sexto sentido mejor, por lo de los muertos, que no les veo pero les presiento, pero no veo yo la gracia de luchar un peso mosca contra una tonelada mosqueada y mal afeitada.

No sé tú, pero yo... los toros en el campo y si quieres corridas... (esto es una dejada en bandeja cargada)... cuenta los días que la San Silvestre llega en nada y te gustará correr entre esas plazas.

SORPRENDERSE, EXTRAÑARSE ES COMENZAR A APRENDER. (Ortega y Gasset)

¡¡¡Lo que he aprendido esta mañana!!!

IT'S RAINING MEN... En un anuncio que me estropea una cena entre dos espias sin cartera, y justo cuando abren la puerta de una sospechosa despensa, una chica enlutada se mira al espejo. Imagino que se ve tan sosa y triste, que su cabeza se vuelve loca mientras suena ese canto de guerra: Estan lloviendo hombres... y yo de funeral.

Y en el tiempo en que un alemán abre y se bebe una cerveza, se nos convierte en una viuda negra ante nuestras ojeras (anoche hubo juerga).

No me llama la atención su conversión, ni su superación olímpica en segundo y medio al pasar de la aflicción a la expansión, ni siquiera ese recogido convertible en una melena esponjosa y suelta, sino cómo cambia ese bestido de "monja cocleta", por el modelito que luce con tan sólo arrancarse telas y telas, ante nuestra sorpresa.

La sorpresa de todas las mujeres que sabemos que para modificar un bajo o una delantera, hacen falta no sólo unas manos expertas, sino una semana entera.

Y ella, muda, cual lagarta de culebra a pantera, como el que se abre de piernas, o bosteza.

Me encanta la publicidad. ¡Pero coño, que no nos mientan!

No me extraña que los tios crucen los dedos cuando vamos al baño. No es que esperen una mujer nueva... es que temen que les den el cambiazo. Hoy oferta: Me quito las pestañas que me molestan y me pongo coloretes y coletas... para compensar el pinchazo de mis pechos baratos y la pérdida de mi lentilla azul brillante con reflejos de auténtica.

Qué bueno son los publicistas que nos llaman la atención sobre algo cansino, tedioso y demasiado habitual como es la realidad.

QUESOS. ¿SUDOR CON SABOR? Los hay de todo tipo, clase y condición, pero lo que más me llama la atención, es aquella frase que empezo con un: "Por su olor los conoceréis..." y así como la gravedad es insólita, la sensación de "manchego curado y fermentado en calcetín poco lavado" es intensa y demasiado fétida para ser tratada sin anestesia.

El verano es traicionero. Y no todo es oro lo que reluce, ni agua lo que emana.

Un consejo: Ojito a los pinreles este verano, que si les hueles y no tienes denominación, no te extrañes si te dejan la distancia de seguridad que deja un camión.

Y YA ESTAMOS EN ESE MES... en el que los lamentos tienen una canción: "Pobre de mí...", y en el que los cuernos tienen un San Fermín.

Como dijo aquel gran surfista alergico a la sal: Cualquier día me lanzo al mar.