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www.bestiario.com/guindilla
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¿TORRE DE CONTROL?. Atención por favor... Vuelo 2OO6 volando sin control... ME SE escucha...¿Estás ahí torre de control?... Aquí Guindilla... estoy sobrevolando un año nuevecito y necesito tomar tierra cuanto antes... Solicito una pista y un kilo de "Almax" que voy cargada...
Publicado el martes, 3 de enero de 2006, a las 0 horas y 11 minutos
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NAVIDAD TODO EL AÑO - PÁSALO -. Qué fácil y al mismo tiempo qué difícil es hacer regalos.
A quien quiero le regalo mi tiempo, que es lo que no tengo.
Y a quien aprecio le doy lo que yo más quiero.
Si yo fuera el que fue a saltar y se cayó, llenaría mi saco de ilusión y llegaría sin avisar para llenarlo todo de color.
F e l i c i d a d: estoy convencida que es la abreviatura de Feliz ciudad.
Publicado el miércoles, 4 de enero de 2006, a las 0 horas y 23 minutos
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SOMOS MENTIROSOS. Los estudios que hacen los científicos lo confirman. Recordáis aquello de “Cuatro de cada cinco dentistas recomiendan usar preservativo” ¿O eso lo recomendaba la última encíclica? Me da igual, que me da lo mismo.
Es concluyente. Según los últimos estudios, todos tendríamos mas que una incipiente napia, todo un señor trompón. Y si es cierto que son proporcionales los miembros – el nasal y el proyectil central – las mujeres más que estar de suerte, nos habría tocado la lotería, porque hay otro estudio que confirma ese hecho. Y sí, importa el tamaño, también queda confirmado.
Pero sé de buena tinta, que a los mentirosos no se les localiza por su distinguida “pinocheta”, más bien, porque lo que dicen debería de llevar subtítulos como en algunas películas: “Todo parecido con la realidad es mera coincidencia...”
Según dicen, cada persona cuenta 20 trolas al día, pero ¡vete a saber si nos están mintiendo!
Y yo me pregunto:¿Todas las mentiras computan igual?
Cuenta lo mismo decir: “Pues yo te veo igual, no se te notan esos cinco kilos de más” que un descarado: “¡Vaya! No voy a poder ir a tu cena...¡Qué pena! Tengo que ir, justo esa noche, a dar cuerda al reloj de la puerta del Sol... y mira que tenía ganas... ¿No me digas que no sabías que era voluntaria?...
¡Vaya! Pues ya es mala suerte... ese día tampoco podré estar. Tengo guardia. Me toca ir al Observatorio. Soy vigilante voluntario en la caza del OVNI perdido. ¡Qué rabia!, otra vez será. Te dejo, me tienen que medir el corazón, ya sabes, soy donante de óvulos y tienen que calcular la velocidad de transmisión. Nos vemos. ”
Publicado el domingo, 8 de enero de 2006, a las 20 horas y 15 minutos
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LA PUNTA DEL PARAGUAS.. La gente saca punta de las cosas con una facilidad asombrosa.
Y no sólo con las palabras nos entendemos. Vamos a hablar de esto.
Ahora está cayendo una buena en mi ciudad natal. Y como acabo de usar mi condición de peatón, no sólo vengo empapada, sino también calentita. ¡¡¡Muy calentita!!!
Me saca de mis casillas, y eso que las tengo candadas, cada vez que veo venir a una señora, señorita... con su paraguas abierto a cubierto.
Siempre he pensado, en el perro del hortelano, ni comerlo ni dejarlo. Hay que ser egoísta para llevar un paraguas tamaño XXL, e ir andando debajo de las cornisas, del toldado, cuando al lado, la gente se está mojando.
Van con paraguas, pero no te creas que se apartan. Deben pensar que se les va a encoger... aún más el cerebro.
¿Cuántas veces en un día de esos de perros, os habéis calado porque “los del paraguas” se refugiaban debajo del cemento? ¿Cuántas?
Pues yo, ¡Un huevo! Y hoy de nuevo.
Y eso sin entrar, en los que te ven venir y ¡NI SE INMUTAN! Tienen cogido el carril del cemento, y o te apartas, o te expones a que te salten un ojo con la punta del paraguas.
No se que es peor, si chorrear, o quedarse tuerto.
¿Exagerar yo? ¿Después de venir del campo de batalla? ¿Desvariar yo? ¿Después de sentir en mis huesos, no sólo el agua, sino las estocadas? ¡Vamos hombre, que soy una profesional de las escapadas y me tienen traumatizada!
No es que ceda el paso, es que me veo obligada. Llámalo educación o evitar la defunción.
Yo creo que las palabras definen a sus propietarios, porque al arrojarlas o depositarlas nos van mostrando sus bazas. Es cierto, que cada uno tenemos unas cartas, pero yo creo, que como bien dicen, en la mesa y en el juego se ve al caballero, y no es lo mismo, dar, que ¡QUE TE DEN!
No suena igual un saludo dentro de una sonrisa que en una mueca ceñuda. Los gestos definen, muy a nuestro pesar y nos identifican al andar.
Los gestos, el comportamiento... ahí está la verdadera sinceridad.
Se me hincha la vena.
Desearía que las cayera un gotón entre los omoplatos...De esos tan fríos, que más que mojados, parecen congelados.
Soy consciente de que mis deseos no son buenos, porque tampoco lo son mis pensamientos. Y seguro, que mis gestos.
Y con todo esto se demuestra una vez más, que la felicidad es una cadena. Te llega y la das. La tienes y la compartes. Y sin embargo, te tratan mal, y el instinto te dicta, el ojo por el ojo, cuando lo más humano sería cambiar ese que te den, ese culo, por una mano que te da. Culo, por mano. No estaría mal.
Publicado el lunes, 9 de enero de 2006, a las 19 horas y 03 minutos
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RESACA VIRTUAL. Voy a pedir daños y perjuicios a los guionistas.
Ayer fui a ver una peli de esas románticas en las que la chica siempre encuentra a su chico.
Salí engatusada. Hipnotizada y he de reconocer que feliz.
Pero en algún momento entre el semáforo y el garaje de mi casa, recibí una dosis de realidad, que me hizo pasar de la felicidad virtual a la más cruel tristeza individual.
En las películas te ponen un caramelo en la boca, que en mi caso, siempre me le he encontrado desenvuelto, partido y podrido, pero que en las pantallas y en ese asiento tan envolvente te hace sentir como en sueños, como si eso a ti te pudiera pasar de verdad.
Pero luego, sientes y piensas: ¿Dónde está el mío? ¿Dónde está ese hombre que me va a encandilar? ¿Dónde está mi media naranja?
Quizá ya esté exprimida o en Japón en viaje de negocios, o quizás a punto de embarcar.
Yo quiero el libro de reclamaciones... y le quiero ¡YA!
Publicado el miércoles, 11 de enero de 2006, a las 15 horas y 18 minutos
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MI CATARRO QUERIDO. El coño de la Bernarda!
Con tal de llevar la contraria...
¡Manda huevos!
Paso dos días con un atasco mayor que el del puente de la Constitución, y cuando por fin recupero mi pituitaria... me la arrasan.
Yo, la ingenua...
Yo, la cándida...
Decido ir al gimnasio a una clase de bicicleta - me niego a utilizar la terminología inglesa - y cuando comienzo a pedalear y a disfrutar de las estupendas posaderas del chaval que iba en cabeza, se me pone un radioactivo-man, justo en mi circulo de respiración vital.
¡Qué peste! ¡Qué ausencia de limpieza de pies a cabeza!... No había moscas en su espacio aéreo porque las pobres habían fallecido en acto de servicio.
¡Ya es mala suerte!
Antes tenía el olfato de baja... Pero mucho me temo, que después de semejante ataque, no me lo haya sedado. Más bien, ha fallecido de forma lenta y intensa. ¡Qué trauma!
En la tumba pondré:
“Caído en acto de servicio. No somos nada... y menos por la mañana”
Guardemos un minuto de silencio.
¡Tiempo!
Publicado el martes, 24 de enero de 2006, a las 15 horas y 40 minutos
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EN CALIENTE. Cuando dicen que “Hay vida inteligente en la tierra”, ¿generalizan para no concretar?: Aquí sí. Ahí no.
Porque si no estaríamos ante un dilema racional, moral y real.
¿Y en los Estados Unidos de América? ¿Hay realmente vida inteligente?
Si les sumamos a todos, llegamos a la conclusión, de que cómo no, hay algunos inteligentes, pero son tan pocos, que no llegan a la media corriente.
Porque vida, hay, y se la dan: La gran vida. Pero que poco inteligentes son.
¿Qué te puedes esperar de una nación que mata a su gente y lo llama Pena de Muerte? Más bien, pena de conocerte.
¡Y por Dios!, si te pide una gran comida de despedida, ¡por favor!, ten piedad, y no le mandes, esa porquería.
Vida inteligente. ¡Pobre gente!
Tantas estrellas para nada. ¡Se han pasado con las barras!
¡Toma batacazo! ¿Cuantas estrellas ves? Así está mejor. ¡Menuda mezcla!
No es que no me gusten los Americanos, es que los pocos a los que oigo hablar, no me demuestran que son humanos. No les catalogo como seres inteligentes y por lo tanto, hombres de mi misma especie, la conocida como inteligente.
¿Cómo un país puede repartir armas y presumir de libertad de expresión, cuando siempre presuponen de uno lo peor?
"Se me acerca un tipo con gorra... ¡OH, no! Va a matarme. John, saca cualquiera de las dieciocho armas que llevas para esta ocasión"
“Si, si, nos quería matar. Sólo nos ha preguntado la hora pero era para despistar. En su fuero interno era una bestia que nos quería aniquilar.
Entonces mi marido ha sacado el trabuco y le ha taladrado.
Mi hijo, le ha pateado la cara, porque daba la impresión que respiraba. Y yo, manteniendo la calma, he sido capaz, de darle mil y una patadas.
¿Nos van a dar una medalla? ¿Nos harán una película y seremos los protagonistas?”
No se puede generalizar. Pero a veces cuando concretan y te enseñan a la gente, a una población a la que llaman corriente, te dan una impresión...
Publicado el miércoles, 25 de enero de 2006, a las 17 horas y 00 minutos
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RESIDUOS TÓXICOS. El pañal de mi sobrino de hoy, es una prueba patente de cariño: El mío. Porque ni me he inmutado ante tal pestilencia y variedad de contundencias.
Más que un regalo como lo llama su madre, era un atentado.
Un atentado a mi pituitaria y sobre todo al medio ambiente. ¿Para cuando un contenedor para “abonos” recién salidos del horno?
Ya me imagino en un bosque, un oso, rompiendo una bolsa gigante de basura... y al llegar al pañal... volverse loco y no poder usar su protuberancia nasal ni para encontrar miel, ni para seguir el rastro de un posible predador.
Lo que es el amor...
Publicado el jueves, 26 de enero de 2006, a las 17 horas y 56 minutos
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UN GUIÑO A MI ABUELO. Hoy como hace un día espléndido... para quedarse a cubierto, me he puesto el sombrero de mi caza de mi abuelo.
Con mis pantalones piratas de pana y mi agraciada cara más de uno me ha dicho: ¿Dónde vas tan tirolesa?
Y yo con la mente preclara y mi sonrisa aterciopelada he afirmado: DE CAZA.
Publicado el domingo, 29 de enero de 2006, a las 20 horas y 17 minutos
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EL CERDO:. mamífero paquidermo sin modales, grosero y puerco.
¡Ese es el sujeto!
En una rueda de reconocimiento lo recordaría por sus gestos. Ahora os cuento.
Al volante, la menda. A mi lado, el marrano.
Una vez que tenemos claro los personajes damos al < PLAY > y comenzamos.
Volvía yo de una entrevista de trabajo. Guindilla 3, cliente 0. Suave como la seda. Con dos orejas y rabo. Y con la satisfacción de haber hecho un nuevo cliente y un amigo en potencia. Sonriente. Feliz. Disfrutando.
El coche como siempre, bien aparcado. No es que sea ruin. Es que paso de pagar al ayuntamiento. ¡Qué me paguen a mí por vivir aquí! No doy nombre a la calle, ni quiero, pero subo la categoría de la finca en un cincuenta por cierto. Y eso es cierto.
Hoy voy sobrada. Se conoce que mi autoestima se ha levantado inspirada.
Pero tengo razón.
¿Acaso yo voy por ahí poniéndoles multas cuando ellos dejan en medio ese camionazo?
"...Es que estamos haciendo obras y no podemos dejarlo en otro lado... es que...es que... excusas, excusas..."
¡Multazo!
¿A qué no hago eso?
Porque considero que si lo has dejado ahí, tus motivos tendrás. Te doy libertad.
No te dejo ni una notita, ni me llevo el vehículo como rehén. Yo me fío de ti. Confío en ti. Anda bonito haz tu lo mismo.
Manos que no dais ¿Qué esperáis? Pues de mí ¡Nada!. O lo justo. Así que paso de multas y de gratificaciones esporádicas.
Lo dicho. Bien aparcado, no me fío.
¿Cómo me voy a fiar de alguien al que colocas en una rotonda, y porque se aburre te monta un pitostio, que cambia la cola de comunidad autónoma!
Es cierto que mucho no les quiero. Y me da, que el día que me pongan una receta, que sé que llegará...por respirar fuerte mientras conduzco, o por guiñar el ojo mientas cambio de marcha....no sé, algo se les ocurrirá para ganar más... todavía les voy a querer más.
Un amor imposible. ¡Platónico!
¡Anda, que mira que multar a la gente por no atarse al asiento!
¿Qué será lo próximo esposarse al volante?
¿Llevar una mordaza?
¿Ponerse unas pinzas en los ojos?
La DGT informa que según un informe elaborado por sus periquitos:
(Sólo les falta un examen para ser peritos, más el de conciencia claro, ¿o ese era el de los abogados? ¡Qué lío!, son todos igual de malos)
“...Las personas ante un accidente, sueltan el volante, con lo que se chocan irremediablemente... por lo tanto, proponemos esposar al piloto al volante, para que de ninguna manera lo suelten... es cierto, que puede haber casos, en los que sea necesario tener una mano libre, pero, hemos demostrado, que son los menos, por lo tanto, proponemos unas esposas en los volantes...“
“...También proponemos una mordaza para que no chillen y así no espanten la fauna...”
Y la medida estrella de las propuestas es sin lugar a dudas:
“...Pinzas obligatorias en los ojos, tanto en el asiento del conductor como del copiloto... para que siempre estén atentos... y para que nunca los cierren... hemos llegado a esta conclusión gracias a una avanzada propuesta de un aventajado zoquete”
(¿Es una errata? ¿Quisieron decir mocete?)
“... inspirado comentó:... Si nunca cierras los ojos, nunca te duermes... siempre ves venir la moto...”
¡Miedo me dan!
Vamos, que más que conductores vamos a parecer una procesión de imitadores de Hannibal Lecter.
¡El silencio de los conductores! Próximamente en todas las carreteras...
¡Qué miedo colega! ¡Qué miedo!
Quizá con estas palabras no parezca lo que soy, una ciudadana ejemplar y modélica. Pero lo cierto, que los que me conocen por mi nombre, podrían atestiguar que no sólo soy cívica, sino que reciclo y me muevo dentro del marco de la ley.
Pero hoy, después de haber tenido a escasos metros a ese gorrino, reconozco que se me han enervado todos mis criterios. Os lo cuento que a este paso no llego.
Como os he dicho, volvía yo a mí casita, cual caperucita con su cestita, cuando al montarme en el coche, y sin yo ser consciente del cerdo que me iba a arruinar parte de mi cerebro. – concretamente el hemisferio izquierdo – sucedieron los siguientes hechos:
A veinte, treinta, cuarenta, de segunda a tercera... estaba en movimiento. El coche ya estaba en la nacional.
Podría haber llegado con el piloto automático, como sólo me tenía a mí, se dejó llevar.
Fui escogiendo calles como buena lagartija, sorteando paquetes y principiantes. Y cuando tan sólo me restaban metros, el semáforo se ruborizó y el de delante se plantó.
Ahí estaba yo. Parada. Estática. Sin hacer nada. Podría haberme dejado llevar por las luces brillantes del de delante, que me recordaban que era otro manta, porque estábamos sin pendiente y el debía pisar tanto el freno que hasta le crujían los dientes. Lo más sencillo habría sido mirar al frente. Pero gire la cabeza y ahí estaba.
Ahí estaba ese cerdo sacando al menos dos entradas. Por el tiempo, y por la profundidad de la escalada, debía de sacar tribuna.
O tribuna o palcos, aunque esa cara revelaba fondo sur y sin butaca.
¡Qué asco!
No es que se metiera los dedos como si le picara el cerebro. Cosa que tampoco me extraña. Es que lo hacía CON SAÑA.
Y luego investigaba. Se miraba los dedos para ver la muestra encontrada.
Reconozco que saca un microscopio y entro en paro cardíaco.
Desde luego, no llevaba GPS, porque según he leído, sólo los cerdos de pata negra la llevan. Y para que vamos a engañarnos ¿Quién va a querer saber dónde exactamente se mete el dedo este cerdo tan corriente?
Publicado el lunes, 30 de enero de 2006, a las 16 horas y 07 minutos
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