REFRESCAR LA MEMORIA. 2006 ha sido declarado año de la Memoria Histórica en un sentido un tanto extraño: no perder la memoria de los crímenes del franquismo. Junto a esta reivindicación, se desarrolla otro esfuerzo hercúleo: sacralizar la II República Española.
Pero la Historia es tozuda, y se resiste a olvidar los crímenes republicanos. Se traducen por primera vez al castellano las
memorias sobre la guerra del cónsul de Noruega Félix Schlayer. Un relato estremecedor de las arbitrariedades del gobierno republicano, de su indiferencia ante las matanzas de los últimos meses de 1936, de la catadura moral de algunos de sus líderes.
El presidente del Gobierno debería leer este libro. Es importante que su memoria histórica esté equilibrada para no buscar referencias donde no existen.