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CABEZAZOS. Hay cabezazos y cabezazos. El de Materazzi fue al balón y el de Zidane fue al cuerpo de Materazzi. Con lo que todo queda en casa (de Materazzi). Un cabezazo por otro. Se dirá que no fue elegante, pero fue un cabezazo técnicamente irreprochable.
De pequeño, me di un cabezazo contra la puerta del cristal del portal de mi casa y lo rompí en mil pedazos. Aún lo recuerdo orgulloso. Tampoco fue elegante, pero fue técnicamente irreprochable.
La cabeza: ahí está todo. Si no puedes pensar, da un cabezazo.
Publicado el lunes, 10 de julio de 2006, a las 12 horas y 46 minutos
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