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MEJOR QUE NO ME LO EXPLIQUES. Intento seguir la trama que publica El Mundo desde hace meses sobre los explosivos del 11-M. De verdad que pongo interés: cuando parece que he entendido dónde está el problema, me lío con la nitroglicerina y la goma-2 que no es goma-2 sino goma-2 ECO, y con el eco confundo los TEDAX con Transhorras y el Chino y ya no sé dónde estaba la dichosa furgoneta ni qué tiene que ver Legánés con todo esto.
El periodismo de investigación en serie tiene ese problema: el periodista sabe muchísimo más que tú, la policía y el juez, y desciende a detalles que al final no dejan ver el bosque. La infografía tampoco ayuda, y los artículos presumiblemente aclararatorios marean y empañan con sus preguntas la verdad monda y lironda.
El esoterismo inunda el periodismo.
Publicado el lunes, 24 de julio de 2006, a las 9 horas y 07 minutos
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