CARELMAN PRESIDENTE. De pequeños jugábamos a inventores. Yo inventé, por ejemplo, un artilugio que, adosado a la espalda, me permitía volar sobre los viandantes: salvaba así la media hora de caminata al colegio en un periquete.
Por eso me encantan los Objetos Imposibles de
Jacques Carelman. El de la foto es un peine para calvos francamente ingenioso. Pero también hay fundas de gatos, matamoscas para ecologistas, manillas para W.C. y decenas de artilugios más que rompen la monotonía de las técnicas y las formas establecidas.
¡Revolución de los objetos cotidianos!