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BROWN EN SEVILLA ES UNA MARAVILLA. Sale a la venta La fortaleza digital, la primera novela de Dan Brown. Nunca soñó que se publicaría con el paso de los años en castellano, así que ahora se ve en un aprieto. El escenario es Sevilla y algunos sevillanos están que trinan. Situada en los años noventa del siglo XX (aquel siglo en el que nacimos, ¿os acordáis?), describe tras una cuidadosa documentación algunos detalles (¿cómo diríamos?) algo chocantes:
*Una clínica de Salud Pública «como una especie de decorado empleado en alguna película de terror de Hollywood. El aire estaba impregando de un olor a orina»
*Los autobuses sevillanos van con las puertas abiertas: es, para Brown, «aire acondicionado barato».
*La Giralda aparece como un lugar peligroso. «Las escaleras eran empinadas, aquí habían muerto turistas. Esto no era América, no había señalizaciones de seguridad, ni pasamanos ni avisos sobre pólizas de seguros», relata el narrador. Al antiguo alminar de la mezquita de Sevilla se sube por un sistema de 35 rampas, pero Brown insiste en que había escaleras. «Si uno era lo suficientemente estúpido para caerse, era tu propia culpa, independientemente de quién construyó las escaleras» (por esta vez, no comentaremos nada sobre la traducción).
*«El Ayuntamiento está en la plaza de España».
*La catedral es «gótica del siglo XI», es decir, cuando aún no había gótico y la ciudad estaba en manos de los musulmanes.
*Los callejones del barrio de Santa Cruz «datan del tiempo de los romanos».
*«El zumo de arándanos es una bebida popular en España, pero siempre acompañada de algo más», como vodka (¿síndrome Dovlátov?)
*En la Sevilla de la década de los 90, ellos van a misa «con trajes negros» y ellas «rezando por las calles con cuentas de Rosario» y «mantillas».
*«Los malditos españoles comulgan al principio de la misa» y beben el cáliz de «vino tinto».
¿Qué ha hecho la editorial española para salir de tamaño aprieto? Pues ha incluido un prólogo exclusivo para la edición en castellano y ha editado unas hojas volanderas que aparecen estos días en las librerías en montoncitos, para información al lector (véase el texto en la imagen de la izquierda). No sé qué es más abyecto: si la tergiversación histórica (quizá pura ignorancia) o esta operación de lavado de cara. Uno siente vergüenza ajena al leer que, para Brown, "la adorable Sevilla" es su ciudad europea favorita, y al descubrir su "enorme pasión y amor hacia la tierra de España y los españoles" (aquí no dice "malditos").
Por favor, que Dan Brown no nos quiera tanto.
Publicado el viernes, 10 de marzo de 2006, a las 9 horas y 06 minutos
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