VILA-MATAS FILMADO. Para escapar de la crispación general leo
Vila-Matas portátil, que ofrece un repaso de la obra del escritor catalán a través de algunas críticas y entrevistas, siguiendo el orden de la publicación de sus libros.
Me fastidia que en la bibliografía aparezca mi nombre una sola vez, mientras otros jóvenes advenedizos como Víctor Iriarte y Ángel Peña figuran dos veces. Estoy resentido.
Tan resentido que me enroco (última vez que utilizaré esta palabra) en una convicción antigua: es mejor no hacer críticas de Vila-Matas, ninguna crítica, y entrevistarle mucho, dejarle que hable. Leídas estas críticas se ven con mayor claridad sus incongruencias, sus intentos de ponerse a la altura del humor del autor, sus juicios cambiantes y perplejos, sus tonterías. Son prescindibles, Fernando Valls y compañía, y me alegro de haber sido citado una sola vez (o ninguna).
La editorial Candaya salva el libro con una película de 30 minutos a la altura de las circunstancias, que recoge una entrevista de café entre Vila-Matas y un pesadito Juan Villoro. Vila-Matas aguanta la verborrea de Villoro y le asesina con sus réplicas.
Leer a Vila-Matas, verle, escucharle. Pena perdérselo.