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ESPERANDO A GODOT. En Bilbao la gente habla alto, como para que la oiga todo el mundo. Por eso, desde mi ventana de un primer piso se oyen perfectamente las conversaciones de la calle. Ayer, por ejemplo:
Madre e hija:
-¿A qué hora hemos quedado?
-A menos veinte
-¿Y dónde?
-Allí
-Pobre Joseba.
Miro el reloj: menos veinte. Pobre Joseba allí.
Publicado el jueves, 22 de febrero de 2007, a las 8 horas y 46 minutos
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