|
CHULETA DE PRIMAVERA. Días de examen de selectividad. Un profesor me pasa las chuletas que le entrega a la salida un alumno suyo, porque ya no sirven para nada.
Hay tres modelos tres. Uno, el tradicional manuscrito, el de siempre: en un centímetro se resume la Transición. Qué nostagia. Los otros dos modelos están ya escritos "a ordenador". Hay uno tan diminuto que no puedo leer nada (proverbial agudeza visual adolescente). La última chuleta es más de Bilbao: tamaño grande, resume la Dictadura en Euskal Herria de una manera atroz, pero eficaz. Es una chuleta para que te pillen, pero ahora ya nadie se atreve a pillar a esos pollos engreídos que te pueden esperar a la vuelta de la esquina.
Adiós tiempos gloriosos en los que te jugabas la vida con el diccionario de latín "iluminado" o aquellos bic que parecían una carnicería de tantas chuletas como albergaban.
Pero la chuleta permanece, permanecerá.
Publicado el jueves, 8 de junio de 2006, a las 9 horas y 02 minutos
|