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MISTERIOS TELEFÓNICOS. Hay por ahí una secta llamada AA, cuyas siglas corresponden a un movimiento retrógrado y violento llamado Alianza Antimóviles. Opera por medio de puñeteros atentados que consisten, por ejemplo, en atizar con el paraguas al ciudadano que va hablando solo por la calle.
Otrosí: sus componentes llevan en el metro (sirve el autobús) un aparatito generador de sonidos de móvil que hace que los viajeros rebusquen en bolsos, bolsillos y cartucheras (¿será el mío?), mientras sigue sonando y sonando...
Sí: formo parte de la AA. Estoy ilocalizable buena parte del día. Si hablo solo es porque he metido el pie en un charco. Sé que nuestra labor tendrá resultados a largo plazo, y que quizá llegue el momento en que seamos multados por no estar conectados todo el rato.
Todo el rato: excelente giro imposible del lenguaje para convertir un lapso de tiempo en una eternidad.
Publicado el lunes, 26 de junio de 2006, a las 8 horas y 49 minutos
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