¿QUIERES JUGAR A LA SILLITA DE LA REINA?. Me pregunto qué pasa si, en el ninety-six, cede el aparato. También creo que se olvidaron de citar la hostia padre que garantiza la práctica, taburete incluido, del milky run, apto para enceradores de suelo frustrados y sadomasoquistas sin vértigo. El lammer me enternece porque me recuerda a la serie televisiva de Batmaaan. Pero con los tres tristes tríos no me engañan: burda y previsible operación de márketing para vender el par.
De body-bouncers, se supone.
Hablábamos de eso,
¿no?