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ME TOCÓ LA CHINA.. Sólo me quedan unos días en Madrid y apenas he visto a mi inquilina la china. Tan poco he hablado con ella que no le he encontrado un sobrenombre apropiado: tiene cara ancha es Castilla, debo mirar hacia abajo cuando le hablo y le salen ronchitas en las mejillas y los brazos. ¿Cómo carajo le llamo?
El otro día me dijo que es representante y trabaja para una empresa española, pero no me fío. A veces pienso que todos los chinos del mundo (menos China, igual a de medio mundo) son espías. Qué gilipollez. Ahora que acaba de llegar al apartamento, se ha sorprendido de que estuviese despierto a estas horas y a mí, que haya regresado tan tarde (para ser cachorra de Mao).
Dudo que venga de trabajar, pero no puedo evitar la visualización de una estampa ya típica en Malasaña: docenas de chinos en cada esquina vendiendo latas de cerveza lafushé por un euro. Sólo he cruzado un par de palabras con ella y casi nunca sé que decir. Vivo con seis chinos en Chinaflat y, de viaje en Madrid, me toca la china.
¿En fin?
Publicado el domingo, 28 de agosto de 2005, a las 3 horas y 17 minutos
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