www.bestiario.com/sonoros

«RAZORLIGHT».RAZORLIGHT
Primero mi madre, ahora mi santa, se han dejado el cutis en palanganas rebosantes de productos abrasivos contra las manchas de grasa, combinados etílicos y demás guarrerías con los que yo acostumbró a decorar mis hábitos. Salvo por los nudillos en carne viva de las susodichas no siento ningún remordimiento: mancharme es gaje del oficio. Soy periodista, y para colmo en mis ratos libres escribo sobre música. Entenderá el paciente lector que he de rebuscar entre la mierda con más asiduidad que la mayoría de la gente de bien.

Uno de los lodazales de más difícil tránsito en los que puedo meterme a riesgo de que la inmundicia rebase el borde mis katiuskas es el del britpop. En las mismas islas donde en los 70 incitaban a los chavalines al grito de do it yourself, una treintena de años después se creen que todo el monte es orégano y la concurrencia va a seguir tragando el «todo vale» per secula seculorum. Yo, que desde pequeño soy guarro vocacional y aficionado a zambullirme en el charco más sucio del patio colegial, meto cada cierto tiempo el brazo hasta el codo en la mierda del britpop y habitualmente no saco más que eso: mierda. Sin embargo el otro día me pareció ver algo que relucía entre tanto desperdicio. «Razorlight 2» ponía en un alarde de originalidad en la singular rodaja. Pensé en tirarlo de inmediato, porque teniendo en mi casa un lamentable «Up All Night», para qué querría una segunda ración de bazofia. Pero yo, que ya digo, me recreo en lo feo, opté por lo único que podía hacer un pervertido y me puse el disco. Y hete aquí que le he pillao el punto.

Como bien sabrán los habituales no es mi criterio muy de fiar, -que se lo pregunten a los fan(áticos) de Robert Zimmerman-, y posiblemente sea que de tanta música basura se me ha atrofiado el paladar. Sin embargo, por más que he sufrido a La Oreja de Van Gogh su música me sigue horrorizando. ¿Mi listón está cada vez más bajo o el granito de arena ha caído esta vez en la ostra adecuada?

www.razorlight.co.uk

Publicado el lunes, 6 de noviembre de 2006, a las 17 horas y 56 minutos

CALEXICO. SALA ALBENIZ, GIJÓN. 20 OCTUBRE.
He aguardado siete días con sus siete noches para escribir algo sobre este concierto. He apretado los puños y cerrado los ojos con el deseo de que al abrirlos, de las yemas mis dedos manaran elogios sin fin. He esperado, y esperado, y todo en balde.
Siempre he dicho que la primera impresión no es «la» buena; pues la última no «es buena». El pedigree fronterizo que hace distintos los discos de Calexico se volvió fanfarria en su traslación al escenario. Y es que aunque el gringo se vista de chicano, gringo se queda. La «fiesssta» me pareció impostada, y no terminé de creérmela. Cuando en un momento dado, uno de sus temas se transformó en el «Desaparecido» de Manu Chao empecé a rascarme el cogote y a mirar al suelo. La gente bailaba con una sonrisa de oreja a oreja, y yo no.
Es cierto que aquello sonaba apabullante, pero cuanto más sonaba, yo más buscaba a la banda. Y solo encontraba a un solista, Joey Burns, respaldado por músicos de acompañamiento; y eso incluye a su colego John Covertino, camuflado, casi invisible, detrás de su batería.
Su último disco pasa por ser el menos mariachi de todos. Pues que bien. A mí lo que más me gustó fue su versión del «Cruel» de «Garden Ruin». Sin trompetas, ni acordeones, ni ayayayes, fue de lo mejorcito.
Ah, hubo una versión de Love. Pues bueno.

Publicado el viernes, 27 de octubre de 2006, a las 17 horas y 38 minutos

«PET GRIEF». THE RADIO DEPT.
Por qué me parece escuchar ecos del «Loveless» de My Bloody Valentine en este disco? ¿Alucino o les echo de menos? Miro por la ventana y lloro a moco tendido. Les veo en todas partes. No están, pero les siento cerca. He empezado a vestirme como Nicole Kidman en «Los Otros». (Y dicho sea de paso, con la gasa negra me siento divino)
No es shoegazing, ni noise, pero ahí detrás… está esa atmósfera. Hay eco, las paredes devuelven ese masaje en mis orejones peludos y rezumantes de cera. Ponga un ordenador en su vida y utilice las púas para abrir pistachos. Saben a otra cosa pero se pueden comer y alimentan.
The Radio Dept. me acarician la cerviz y Kevin Shields hace el panoli retrosureño con Primal Scream. Señor, llévame contigo o mándame más discos como éste.




myspace.com/theradiodept

Publicado el lunes, 2 de octubre de 2006, a las 18 horas y 32 minutos

«I AM NOT AFRAID OF YOU AND I WILL BEAT YOUR ASS». YO LA TENGO
Tal y como está el patio sería mezquino pedirle a un grupo algo más que un buen disco. (Silencio) Seamos mezquinos. Pidamos más. Yo la Tengo se han labrado sin falta de azada la reputación de grupo infalible. Admirables y admirados músicos, con un estilo propio que es la ausencia del mismo o la mezcla de varios (nada que ver con el mestizaje gracias a Dios), sus trabajos son una guía turística por géneros más o menos subterráneos. Aquí un mantra espacial de nueve minutos, allá un guiño de pop desenfadado, acullá un qué se yo de guitarras afiladas. Bien trabajado, bien interpretado, bien cantado y a varias voces.
¿Dónde está el pero? Que éste es un disco tan bueno o tan malo como «I Can Hear the Heart... », «And Then Nothing Turned...» o «Summer Sun». Son ellos otra vez, haciendo lo mismo, igual de bien, igual de compacto, igual de brillante. Igual.
Nunca fallan, pero ya no sorprenden.

yolatengo.com

Publicado el lunes, 25 de septiembre de 2006, a las 19 horas y 22 minutos

«BEGIN TO HOPE». REGINA SPEKTOR
Me he echado novia. Se llama Regina y es divina. Rusa, guapa y pequeña. Se ha instalado en mi casa y me ha plantado un piano de cola en el salón porque dice que ella sin su piano no va a ninguna parte. Es un engorro, porque en mi sala apenas cabe un casiotone. Pero me da igual. La chica me canta canciones todas las noches, y por ahora me tiene entretenido. Es divertido, escuchar desde el pasillo (ella y su piano han invadido mi espacio vital), y tratar de adivinar antes de que empiece a acariciar el instrumento – el piano, insisto- si esa noche estamos abducidos por Tori Amos o por los Moldy Peaches. Ella es así: bipolar. Lo que no le niega nadie a mi Regina es que sus onomatopéyicas canciones tienen una puntería melódica de tres pares…
Yo le digo que en un mundo mejor sus canciones podrían sonar en cualquier radiofórmula, pero a ella le da igual. Y a mí.
Cualquier día me pondrá los cuernos con Adam Green.

reginaspektor.com
Publicado el martes, 19 de septiembre de 2006, a las 17 horas y 12 minutos

KIM, QUÉ?
Nos han mentido. A todos. Y yo me he dado cuenta. Esos Pixies que exprimen la nostalgia prematura de los indies maduros (casi mohosos), son unos impostores. Se han currado el repertorio, pero han descuidado la imagen. ¿Quién puede creerse que ESA es Kim Deal?
Las drogas le han hecho mucho mal a esta chica. Que las haya dejado nos ha hecho mal a nosotros.

Gigantic, a big big love.

Publicado el viernes, 15 de septiembre de 2006, a las 18 horas y 58 minutos

«MODERN TIMES». BOB DYLAN. Decíamos ayer... que cualquier día de estos Dylan sacaría un disco. Nadie lo echaba de menos, porque cuando uno quiere Dylan ahí están sus viejos discos, pero nadie se atreve a decirle “¡Basta! No es necesario. No hace falta más”. Y no será Main Street la calle en la que se cuelguen los carteles celebrando su retirada, pero tampoco aquí llueve confeti por la publicación de este «Modern Times».


Una vez alcanzada la cumbre sólo cabe el descenso, caer y volver a subir, pero a medida que pasan los años las piernas van fallando, o en el mejor de los casos le cogen gusto al llaneo y ya no cabe esperar grandes hitos. Es cierto que no hay cristiano, (o judío en este caso) que aguante 44 discos a piñón fijo. También es cierto que no hay cristiano, judío o musulmán que quiera 44 discos de nadie. Al menos yo, que reconozco en Dylan a uno de los músicos más determinantes en la historia de la música rock estoy empachado. Acepto pulpo como animal de compañía, acepto que éste es un gran disco, pero ya no me cabe más Dylan.


Tiempos modernos, nos anuncia el título en un guiño cargado de ironía para un disco cargado de blues-country. Y lo dice él, que hace cuarenta años nos anunciaba que los tiempos estaban cambiando. No es cierto, Bobby, tú te has quedado.


El caso es que el verano se nos escurre de los dedos entre disco y diSco, y éste ha sido el primero en caer entre mis zarpas de lobo hambriento. Nadie nos echaba de menos pero espero con impaciencia que alguien se atreva a decirme ‘¡Basta!’ y convoque a las hordas dylanianas para darme mi merecido por atreverme a sentir pereza al ver cómo un dinosaurio da sus últimos coletazos, por más que lo haga con suma elegancia. Afilad vuestros cuchillos, la veda está abierta.




bobdylan.com
Publicado el martes, 12 de septiembre de 2006, a las 17 horas y 40 minutos

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Ilustración de Toño Benavides
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