QUEDÉME. Tal día como hoy murió
san Juan de la Cruz a los 49 años, los mismos que tengo yo, y eso siempre impresiona. A estas alturas ya lo había escrito
todo y yo
nada. Él era muy aficionado a esto de
nada, y eso consuela un poco.
Todavía corre la especie por ahí de que es el mejor poeta en lengua castellana. A lo mejor muchos no se han dado cuenta de que era católico, y cuando se den (cuenta), perderá gran parte de su prestigio.
A él le importará poco. No en vano escribió:
Quedéme y olvidéme,
el rostro recliné sobre el Amado,
cesó todo y dejéme,
dejando mi cuidado
entre las azuzenas olvidado.
Versos que resuenan también en T. S. Eliot:
Enséñanos a que nos importe y a que no nos importe,
enséñanos a estar sentados tranquilos.
Estar sentado tranquilo dejando mi cuidado.