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CALENDARIO. El calendario se presta a la literatura. Aquellos tacos de mi infancia, que tras el número del día llevaban un cuento, un chiste, una historia... Ahora, los modernos dietarios, además del santoral y de las fases de la luna (útiles para la cosa de las setas y de la pesca) suelen traer una cita por día.
Qué frases, Dios mío, qué pérdida de tiempo. Y, sin embargo, no dejo de leerlas. Ayer era un proverbio malayo: "Bailaré según tu música" (¿y?). Hoy toca el actualísimo Leonardo da Vinci, que según parece dijo: "Quien poco piensa, mucho yerra".
De vez en cuando, alguna joya. Óscar Wilde: "Para dormirme, cuento mis defectos". Conde de Lautréamont: "El elefante se deja acariciar: el piojo, no". Cicerón: "Somos más sinceros cuando estamos iracundos que cuando estamos tranquilos".
Iracundos: qué palabra.
Publicado el jueves, 4 de mayo de 2006, a las 8 horas y 48 minutos
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