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ASESINATO EN LA LIBRERÍA. Lugar del crimen: la Casa del Libro de Bilbao (Urquijo). Una (hasta ahora) de las mejores librerías de la Villa. Mucho fondo, Facilidad para husmear. Un lugar amable.
El crimen: cambio estratégico en las mesas de novedades. Antes entrabas y veías anagramas, tusquets, lúmenes, incluso alfaguaras y minúsculas y hasta acantilados. Ahora, el desierto: sólo mamotretos de esotérica-ficción. Códigos, manuscritos, últimos templarios y cátaros y nibelungos, conjuras varias, papas corruptos, prioratos de sión, illuminatis, paparruchas.
¿Dónde están las novedades? Hay que irse hasta el fondo, y ni siquiera ahí están a salvo, porque comparten sitio, a empujones, con autoayudas y bestsellers. Hasta tienen más espacio los libros de bolsillo, esos que se deshacen tras una ligera lectura.
Otra librería ha muerto. Huele a cadáver. Huyamos de sitios así, vendidos al encefalograma plano del lector plano.
Publicado el miércoles, 10 de mayo de 2006, a las 8 horas y 40 minutos
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