OJOPLÁTICO. No sólo se dan puñetazos en los campos de fútbol: también en la literatura. El más famoso es el que propinó Mario Vargas Llosa a Gabriel García Márquez en 1976. De aquel episodio y sus circunstancias poco se ha sabido. Ahora, 30 años después y para festejar el 80 cumpleaños de Gabo, aparecen las fotos no del suceso, pero sí de sus consecuencias. Porque García Márquez quiso dejar constancia de la agresión y acudió a su fotógrafo para que
inmortalizara (se dice) el tremendo hematoma del ojo del futuro Nobel.
La historia la ha contado hace unos días el fotógrafo en el periódico mexicano
La Jornada. Ahí están el famoso ojo y sus intríngulis, el fin de una estrecha amistad.
La Generalitat de Catalunya ha invitado a los dos contendientes a la Feria de Frankfurt. Habrá que estar atentos por si se produce un segundo asalto.
(Gracias a
Fogonazos por la pista).