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NOTA DEL EDITOR DE MVCUC. (Des)motivado por la incomprensión a la que se ve sometido Matías Bruñulf con La Canija y El Largo, estudiantes de la London School of Economics, el único ser no rasgado de Chinaflat declara una huelga unilateral hasta que la susodicha pareja masculle palabra.
Firmado: El editor de MVCUC
P.S.- Huelga que será, para llevar la contraria, a la japonesa.
Publicado el miércoles, 12 de enero de 2005, a las 18 horas y 27 minutos
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¿CHINA O JAPÓN? O, COMO DIRÍA CONFUCIO, A QUIÉN QUIERES MÁS: ¿A TU PADRE O A TU MADRE?. A veces es como si me muriera un poquito. Otras, quiero una metralleta a mano. Tampoco me importaría agenciarme una fumigadora: no con bidón sino con hélices. Me da por pensar, aunque no quiero, en cómo funcionan los resortes del otro (el otro, claro está, es chino; el otro también me lleva, no sé porque, aunque la rasgadura es obvia, a aquellos japoneses perdidos en una isla del Pacífico que, años después del alto el fuego, todavía creían que estaban en guerra, la segunda, y mundial: es un romanticismo aceitunero y kamikaze, menos es nada).
Porque el otro también piensa, susurra, vive aquí al lado y es tu enemigo (bueno, mi enemigo: pared con pared).
Pienso: a éste, El Largo, habría que decirle –tiene 24 años: ¿será la edad o se quedará así para siempre?– qué le parecería encontrarse en Moscú, chapurreando ruso, y vivir con cinco iraníes que hablan árabe.
¿Lo entendería? Porque esta gente –y esto no es resentimiento– estudia en la London School of Economics y lo que tú quieras, pero ¿sabrá hacerse la O con un canutO?; si viese uno, ¿se interesaría por él?, ¿percibiría un olor distinto?, ¿distinto a qué?, ¿pediría una calada? o –y respeto todas las diferencias culturales que puedan pensar porque, entre otras cosas, yo soy tan diferente como él, ¿o no? – se metería corriendo en su cuarto pillándose la cola al cerrar la puerta.
Muy probablemente, esto último.
Sho, y tampoco tiene ningún mérito, estaría confraternizando con eso que echa humo y preguntando cómo se dice flai en mandarín, que no ha de ser muy distinto: Rha Uul, Nuestro hombre en Shanghai, ha de saberlo.
¿Rha Uuuuul?
¿Aló?
Publicado el miércoles, 12 de enero de 2005, a las 18 horas y 23 minutos
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¿CHINA O JAPÓN? II: SALIDA DE EMERGENCIA. Lo bueno de no tener armas bacteriológicas ni de destrucción masiva es que uno tiende a la compensación: por ejemplo, siempre nos quedará Josele (Santiago) y su primer disco en solitario, Las golondrinas etcétera, imprescindible: escuchar Sin perdón dormid, Mi prima y sus pinceles u Olé Papa te quita el pesar de no haber tenido el Scalextri o de que el Porsche de Rico viniera roto de fábrica.
(¿Quién no ha jodido de crío algo y después ha dicho, y hasta se lo ha llegado a creer, que venía defectuoso de fábrica?: en mi caso, venía jodido, es cierto, y me pasó lo mismo con el tren eléctrico de los Airgam Boys o cómo carallo se llamasen. La verdad es que siempre tuve unos padrinos –y siguen siendo los mismos, pero el ahijado ha crecido– muy generosos).
Y todo ello más barato –las canciones, decía– que una ristra de balas o una pinta de estricnina.
Publicado el miércoles, 12 de enero de 2005, a las 18 horas y 21 minutos
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¿CHINA O JAPÓN? III: ESTOY EN HUELGA. ESO SÍ, A LA JAPONESA. Fernando Sánchez Dragó dice que quiere montar una comuna para ponerse hasta arriba con Escohotado y Cía. y cobrar a los incautos que se dejen caer por su pueblecito de Soria, que no es suyo, pero casi (viven 20 y el tío ya ha comprado varios inmuebles: pretende montar una casa rural para mantener el tinglado y organizar cursos de verano a la escoriala).
Allí vive con una japonesa de 30 años. Él tiene 67, lo cual no tendría mayor importancia si no se apellidase: de primero, Sánchez (aún tiene un pase); pero de segundo, Dragó (no, es él).
La chiquilla (según él, ella le entró, haciéndole preguntas tontas –esto, siempre, según él– en el despacho, y él se dijo a sí mismo: esta chiquilla quiere otra cosa –qué macarra, Sánchez–, por lo que le invitó a ir al supermercado –qué rara es la gente–, después a subir las bolsas a su casa –empezamos a entendernos– y luego, según él, hasta hoy: en definitiva, como las películas de Hollywood, que pasan de un primer plano del cabezal a una mañana soleada, pongamos, en Manhattan: iros a tomar por culo.
La chiquilla, decía, es la hija del jefe del Metro de Osaka (yo creo que ni la más elucubradora de las ficciones lo bordaría tanto: hija-del-jefe-del-metro-de-osaka, manda huevos).
Podéis leer una entrevista a Fernando Sánchez Dragó (no os la leáis toda que después no dormís) en el archivo del Magazine de elmundo.es
Yo la leí a salto de párrafo y, a pesar de toda la prudencia, me ha salido un yoga en el furúnculo (porque ésta es otra: el rollo espiritual que se traen y el octanaje sexual que desprende el personaje –siempre según él, no os olvidéis–, que dice haber sido muy así y haber hecho muy asao con muchiiísimas mujeres: yo, entre nosotros, creo que es un cerdo).
La casa está decorada en plan islote, a la japonesa, porque Fernando, como sabéis, es un ¿nipófilo?, ¿japonófilo?, ¿solnacientófilo?
A ver, si los estudiosos de la cultura china son sinólogos, ¿cómo carallo se llaman los que se saben de memoria todos los hits de Humor Amarillo, Candy Candy o Beat Takeshi?
Podría preguntarle a un chino de estos, pero estoy de huelga a la japonesa y prometo seguir escribiendo hasta que el yen pida papas.
¿Me darán de comer?
Voy a hacer como que voy al servicio.
Publicado el miércoles, 12 de enero de 2005, a las 18 horas y 20 minutos
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