CRISPADA. Dicen que ojos que no ven... corazón que no siente.

¡Pero como no voy a ver a una individua nominada que se prepara para pisar la alfombra roja poniéndose diamantes en todo el cuerpo para relajarse!... Si es que me taladra el iris provocándome lesiones internas irrevocables.

Tiene que ser muy estresante ser tonta y sólo contar con dinero para no demostrarlo.

Me saca de quicio las costumbres vergonzosas. Como decía mi abuela: “¡Cómo se nota que nunca les ha faltado de nada!”
Te equivocabas abuela. Les falta ese pedazo de trocito que a todos nos hace ser humanos y no plantas.

Para olvidar.

Enciendo la caja tonta, (hoy va de cerebros privilegiados) y me encuentro a unos a los que les llaman Señores Príncipes del Universo, y les tratan como dioses, residentes en Arabia Saudí, a los que de generación en generación, o de degeneración en degeneración, se les adora, dora y casi ora, por haber nacido en el seno de un tirano principado. Ni mas ni menos que mil quinientos príncipes...

Quizá les vería con mejores ojos si fueran personas. Quizá. Pero nadie me puede sacar de esta opinión cuando veo como tratan a su pueblo y sobre todo a sus mujeres.

No pueden conducir. Hablar con hombres que no sean de su familia. Humilladas bajo ese burka que las tiraniza y humilla...

Muchos hombres no soy ya personas, ni siquiera juntos se les podría llamar manada. Son despojos con ADN podrido y corrompido.

No sé que opinarán los del National Geographic, pero seguro que las aves carroñeras son menos putrefactas.

¡Cuántos animales son más humanos que muchos seres a los que denominamos personas!

Crispada

EVOLUCIÓN. Para que haya evolución tiene que haber una selección natural.

Y la hay. No tienes más que mirar.

Me gustaría personalizar y concretar, hablemos de hombres. Viven menos. La selección es muy inteligente. Los individuos más débiles, son eliminados constantemente.

¿Eliminados o suicidados? ¿Conocéis ese dicho popular que dice: “Si tu mujer quiere que te tires por la ventana, reza para que no esté muy alta.”?

Todavía recuerdo el titular que decía “El paraíso aún existe” que dentro de un tiempo se modificará por el siguiente: “Zona arrasada próxima a edificar”. Estoy hablando del hallazgo que hizo un grupo de científicos en una zona perdida de Indonesia, al identificar más de 30 nuevas especies que vivían en un autentico edén aún sin explorar.

¡¡¡Pobres!!!

Comentaban “...lo más impresionante es que las criaturas de esta selva no habían visto al hombre...y no se asustaban de su presencia.”

¡Lógico! Porque una vez que nos conocen saben que sueltos somos como Atila, y en manada como la peor de las plagas.

Yo estoy convencida que la selección no es una evolución para adaptarnos al medio. Es cosa de la mala entraña: la nuestra. Que donde vamos, obsequiamos con cizaña y malas mañas. Quemamos, devoramos, liquidamos, envenenamos... todo aquello que tenga vida y alegría.

Todavía me imagino a los estupefactos científicos: ¿Por qué no huyen despavoridos? No me lo explico.

Pues yo te lo digo: “Piensa el ladrón que todos son de su condición.”

¿Cómo era aquel dicho tan científico? La materia no se destruye, se transforma. O traducido: El mundo no se destruye, lo transformamos...

Vengan! Aquí tenemos ocho centímetros cuadrados de paraíso natural... vamos a estudiarlo, muestrearlo, fotografiarlo, diseccionarlo... VAMOS A SELECCIONARLOS!!!

POR LOS CODOS. Es cierto que las mujeres hablamos a tantas revoluciones por minuto que si las pudiéramos canalizar y transformar en energía, podríamos no sólo competir y ganar a todos los caballos, jumentos, asnos y rucios, de las mejores escuderías de Formula 1, sino que podríamos haber llevado al hombre a la luna de una parrafada, o al mono, con una sola palabra.

Yo soy la primera que entono el mea culpa, porque reconozco que cargada soy peor que una metralleta encasquetada. Y sé que a veces hablo para no decir nada. Pero pienso para mí: “También es un talento el abrir el pico y soltar palabras ligadas”

Y si no mira los políticos: mueven la boca y siempre dicen lo mismo.

Es un arte la asociación de palabras. Pero una belleza, el silencio de la naturaleza.

Las palabras cantan, susurran, encandilan y abrazan. Pero sobre todo, nos comunican que esto se acaba.

ÚLTIMO GRITO. Mucho hay que sisar para que te puedan diseñar un traje a medida original y con garantía.

Se están cambiando las tornas. Antes conectabas la parabólica a media conversación y escuchabas con entonación la palabra: ...con ella me siento muy segura.... e irremediablemente pensabas: segura... y con alas. Pues ahora no. Ahora hay que llegar a otra conclusión.

Estamos en el siglo en el que todos tenemos un móvil y no precisamente por ser los sospechosos. En la época en la que sólo un pájaro con un simple catarro puede hacer correr hasta el más vago. Formamos parte de la generación que dentro de poco se va a quejar por tener estropeada la calefacción del inodoro y por haberse dejado olvidada las pastillas de la comida junto a la consola de última generación.

Ya no hay que ser astronauta para sustituir una sabrosa comida por una pastilla o chocolatina con vitaminas. Ni tampoco hay que nacer mujer para llevar pechos, cremas, maquillajes y encajes. Ahora todo vale.

Pero aún hay que tener en la cuenta muchos ceros para poder desfilar, lucir y llevar el último chillido en trapos y harapos.

No puedo dormir pensando en los POBRES príncipes que se han apuntado a la última novedad: la ropa a prueba de todo, incluso de balas.

Me quita el sueño un pensamiento: ¿Qué come Leonor para que sus padres tengan que protegerse de sus reales cacas con trajes blindados?
Pero ¿qué la dan a esa niña con nombre de abuela, para que acordonen la zona cada vez que sale a escena?

¿Es realmente el último grito llevar esa ropa o como en muchos desfiles, lo primero y único que hacemos al verlos es gritar?

Yo, visto lo visto, me acojo a la quinta remienda: “Nada de pájaros aunque sean o digan que son de la realeza”

P.D: Desde aquí un saludo a todos los PAVOS REALES. Que creo que cada vez son más y ya casi no se les puede ni fotografiar.

CONCENTRACIÓN. ...Mi padre cantando... TIC TAC
El lavavajillas funcionando... TIC TAC
La vecina taconeando... TIC TAC... El móvil incordiando... TIC TAC
La tele anunciando... TIC TAC... El impaciente pitando... TIC TAC
Esos chicos voceando.... TIC TAC
¡Hasta los patos del río se están expresando!... TIC TAC tic tac TIC TAC

Sólo falta la mosca cojonera y tendré la compañía entera.

No quiero que en el buzón ponga: Camposanto. Ni insonorizar la casa, ni siquiera que repartan silenciadores o hablen por gestos... pero a veces, reconozco, que envidio a los monjes esos que se pasan el día diciendo: OHM...OHM... OHM

No es que necesite tanta paz como en un monasterio, ni que esté desactivando una bomba de relojería, ni siquiera estoy estudiando, pero algunas veces, todos a la vez respirando...

Tic Tac… TIC TAC... TIC TAC…

MASCARADA. Llegan los carnavales, aunque si cogemos la prensa, es como si leyéramos las letras de las charangas.

Las diferentes comparsas nos entonan sus repetitivas tonadillas página a página, y nosotros tarareamos sus cantinelas creyéndonos la letra, como si sus palabras fueran ciertas, sin aprender que sólo es música para encandilar oídos, y hechizar con sus ritmos. Hablo de los mismos. De esos que siempre me tienen hasta los mismísimos.

No les dará vergüenza a esos que se denominan políticos liarla para sacar tajada... ¿Y ellos son los representantes de los viandantes?
Claro, nos ven como su vianda...

¿Por qué no están en un circo? Pero si hay que darles de comer a parte.
Con razón en la puerta tienen dos leones...
Pero faltan los carteles en los que pone:
“Peligro animales sueltos”

O en un espectáculo de magia: Porque lo que te enseñan no tiene nada que ver, por supuesto, ni con lo que en realidad hacen, y por descontado, con lo que al final, te han ocultado, obtenido y mostrado. ¿Cómo lo han hecho? Engañando, para eso se han apuntado.

O en un museo:
...Aquí podemos ver un ser sin corazón, con dos lenguas, cinco billeteros y muchas chaquetas... su hábitat son los medios.
Antropófago, rapaz, usurero y rastrero.
No se acerquen que no es sincero.

Sé que para que exista equilibrio en la fauna, tiene que haber todo tipo de especies, sino el ecosistema estaría en peligro.
El animal grande se come al chico. Pero de vez en cuando, es lógico que llegue un virus que trastoque dicho ritmo.

No quiero oír ni leer ninguna frase que contenga la palabra OPA, como no sea en la celebración de una fiesta griega: ¡Opaaaa!

Ni soporto el término “ESTATUTO” una vez más.
¿Sois conscientes de que las mujeres ya tenemos que aguantar todos los meses una regla, como para tener que diariamente, soportar otra?
Y eso, obviando el hecho que también nos recuerda otra palabra clave de nuestro vocabulario: Régimen.

(Según la Real Academia el estatuto es...regla que tiene fuerza de ley... régimen legal... )

...Qué se vayan con su murga a otra parte!!!

SAGITARIO. La suerte caminará a tu lado.

Reconozco que a veces galopa. Soy una afortunada, o así me siento. (Aunque lo hago como todos, reposando las posaderas)

Pero, qué diferente es eso de la suerte.

Para unos, tenerla es sinónimo de estrella, para otros de fatalidad, y para todos de fortuna.

Como siempre, todo es según el prisma según el que se mira.
Pero hay que reconocer que no es lo mismo hacerlo con cataratas y astigmatismo, que tras unas largas pestañas.

No es lo mismo comprar una revista cara buscando un bolso de marca para llevar la gata, que rebuscar un empleo en un panfleto. No es lo mismo.

No es lo mismo, un abrigo de piel, que tener la piel como abrigo. Y tampoco lo es, ingresar dinero en el banco, que te ingresen por dormir en un banco. No lo es.

Es curioso como lo que para unos es una suerte tremenda, para otros es un enorme fracaso. Veamos un caso:

A los dos les llama Hacienda, no porque esté cada vez más cerca y la pille de paso, sino revisando: El uno acojonado ya se ve entre rejas por todas las que ha liado. Y el otro, fantasea con una recompensa por ser el cliente del año. La mente es la pera limonera y cuando algunos la sueltan, otros se bloquean.

Más suerte es que la veas, que te vea.

No hay como tenerla para no creer en ella.

Dicen que algunos nacen con estrella, y por eso la tienen. Otros estrellados, y por eso se despeñan.
Yo pienso que no hay estar en la luna para fantasear, ni que te den un golpe para ver las estrellas, y que el cielo, puede estar ahí arriba azul o nublado, pero lo importante es tenerle siempre al lado.