DESEO. Se me acaba de suicidar una pestaña.

Era una kamicace que tenía ganas de incordiar.

Yo sin contemplaciones la he despachado, y cuando estaba apunto de darla su inmerecida libertad, me ha venido a la mente ese juego tan corriente, de pensar un deseo y si cual mago desaparece, es que el deseo se cumplirá, sino... dos opciones: o volverlo a intentar o despreciar el hecho y resoplar diciendo: ¡Una chiquillada más!

Yo, teniendo mente y un montón de deseos en mi cuenta corriente, he expresado lo siguiente: ¡Ahora no me vas a fallar!

... la he depositado en el dorso de mi mano izquierda y juntando el índice y el corazón, que con razón se denomina así, puesto que en él estaba poniendo toda mi ilusión... tras un instante de concentración, he mirado a la pestaña voladora y... me he golpeado justo encima de ese pedacito de vello y...

Allí estaba riéndose cual ancla asesina de mi sueño y anhelo... allí estaba negándome ese pedacito de cielo que tan mansamente reclamaba con tanto esmero... allí... allí estaba tan ancha.

Mentiría sino reconociera que en mis pensamientos no veía una cosechadora, una podadora, una cuchilla de doble hoja...

¡Qué intensa es la vida cuando una pelusilla fina te quita la alegría!

No vuelvo a hacer caso de las habladurías... son mentira... engañan las películas... la realidad nunca se decide por una pestaña, o por una castaña... con la que te resbalas y el hombre de tu vida se...

¡Despierta guindilla! Ataca. Muerde. Avasalla.

La próxima vez, lo haré con un cardo, con una espina de besugo, o con una aguja de ocho milímetros... y pediré como las miss mundo, la paz en el mundo.

ASESORAR: Has eso Ar!

Suena igual que se escribe. Pero que pocos se dejan guiar.
El tiempo me da la razón. Pero la inteligencia y la duda, juega en mi contra.
Qué cierta es la frase: “De dónde no hay... no se puede sacar”

Mi trabajo consiste en escuchar, escuchar y escuchar. Y luego, aconsejar.
Soy psicóloga, pero no me sirve más que para averiguar la verdad. La realidad. Pero a la hora de convencer, no lo sé hacer muy bien. Algunos se dejan llevar y es después cuando me alaban y me dan las gracias. Pero otros, buscan tres pies al gato, y piensan que son los reyes de mambo y que lo que ellos ven, nadie más lo ha identificado. Y en algunos casos es cierto, son unos genios. Pero en otros... sólo son los tipos que enceran una simple lámpara esperando la magia.

Me encanta mi trabajo porque aprendo tanto como lo que hablo.

Hace años descubrí que el mejor de los clientes es siempre no uno mismo, sino, el de enfrente. Por eso siempre, siempre, intento regirme por una máxima: “Tratar como quiero que me traten” Y hasta ahora eso de ser asesora, me ha encantado porque nunca he parafraseado eso de:

HAS ESO AR!!!!

¿ESTAMOS LOCOS? No sé si son los espasmos ante la incredulidad, o la risa floja que me entra cuando asombrada me ofrecen todo un pack listo para cocinar.

Me da igual que el de la idea y el que vaya a hacer caja sea un cocinero con gorro para el pelo y cubiertos de diseño. ¡Me da igual! Pero precisamente un experto con talento tenía que apostar por no tomarnos el pelo.

No me vale esa frase de: “Así los que no saben coger una sartén comen bien”. Con ese fin nacieron los restaurantes, y para eso nacemos de serie con un pequeño detalle más que sobresaliente: cerebro, señores, cerebro.

Puede que haya algunos que celebren este hecho: Coger el paquete, leer las instrucciones y paso a paso, sacar los dos huevos del envoltorio, la cantidad justa de aceite, de pan... ¡Y voilà! ¡¡¡Huevos fritos!!!... El milagro de la vida...la séptima profecía...la dimensión perdida...

Perpleja.
Atónita. Llámalo intuición femenina... pero me da la sensación que no tardaremos en coger un huevo y leer en la cáscara con letras muy claras: “Auténtico Huevo de AVE VIVA. Relleno con su clara y su yema listo para utilizar antes del 3010”

Ya pasamos de la pregunta que tanto hizo pensar en los siglos anteriores: ¿Quién fue antes el huevo o la gallina? Nosotros directamente vamos la grano: ¿Me infectará de algo?

Antes de que acabe este siglo se preguntarán: ¿Qué se echa antes para comer huevos fritos: el sobrecito con el liquido verde pringoso y con olor a carburante, o la bolsita con esa mezcla amarilla? Y por supuesto condimentada y bien saturada de Es (concretamente de las E-236 a la E-5809873339) ¡Qué placer comer en casa!

No me lo puedo creer. Está claro que para lo que uno son adelantos, para otros son espasmos.

¡Bienvenidos al futuro!. Ya me imagino el nuevo concurso:
¿Á que sabe el paquetito?
(Centraos...estamos hablando de huevos...de más de dos huevos!!!)

Yo ya estoy viendo y oyendo al ganador del concurso: ...me ha despistado el color rojo, pero luego me he acordado que en los documentales los tomates también podían ser verdes... yo apuesto por: Arroz con tomate. ¡¿Eso se comía antes?!

¡Estamos locos!

ESTABA YO PREOCUPADA... ¿Cómo y dónde voy a llevar mi ropa cuando vaya de viaje?

Menos mal que el señor Dior me lo ha solucionado con unas bolsas y un capazo.

Y como soy una mujer ONG, os voy a dar detalles del hallazgo:
Por tan sólo 13.500 euros os podéis llevar a casa un baúl dorado sin ruedas y tamaño armario empotrado. ¡El sueño de todo viajero!

¿Qué es incómodo? ¿Qué da el cante? ¿Qué es muy caro?

¡Da igual! El señor Dior lo ha diseñado para que os acordéis de él y de toda su familia cuando lo llenéis y no tengáis a toda una tribu de porteadores sin nada que hacer.

Me diréis: ¿De qué lo lleno si me he gastado todo el dinero?

¡Eso es lo de menos!.
¡Anda que no venden en el todo a un euro unos cachivaches de plástico y de papel la mar de apabullantes! Aunque lo que yo os recomiendo, es que vayáis al bazar chino más cercano y después de constatar que TODOS siguen vivos y hablando raro, os plantéis en hacer algo por la Humanidad escondiendo esa horrorosa fuente luminosa o esas lámparas tan acojonantemente feas con las que viven tantos años. ( Si superas la prueba al verla y no mueres del susto o de la risa. Ten seguro que vivirás muchos años. Estreñido pero vivo)

Es más, ellos ya se has acostumbrado a la malformación congénita que les ha causado y “Todo es una delicia” y si juntan tres, pues ya tienen para comer.

Pero no nos metamos con los Inmortales, y sigamos mostrando las ventajas del eterno baúl que van a heredar nuestros afortunados tatatatatatatatatataranietos, porque vaya si lo van a heredar...¡Y casi nuevo!
Con sólo un viaje, el primero y único. Eso sí, la de patadas que le vamos a dar despotricando porque no cabe en el coche (Claro, no es una limusina hecha a medida), ni en el Transatlántico... aunque por las medidas y el material alguno ya lo verían como patera de lujo y diseño. ¡Qué viaje tan cruel!

Atraquemos. No nos dejemos llevar por el fraude. Pero, ¿y la felicidad que vamos a transmitir de generación en degeneración? ¿Eso no cuenta? ¡Vaya que si cuenta! Yo ya he empezado a ahorrar para ser Inmortal.

Lo que se van a reír a mi costa mis descendientes. ¡Van a llorar!

¡¡¡Dos millones doscientas cuarenta y seis mil doscientas once pesetas!!!

Guardemos un minuto de silencio por todos aquellos a los que su corazón no haya podido aguantar la impresión.

... y yo preocupada.

CARGADA. No sé cómo lo hago, pero por las mañanas salgo andando con mi maletín de trabajo, y vuelvo como si me fuera de viaje a Leningrado.

Esta mañana sin ir más lejos, acababa de constatar en mi cuerpo, que estábamos sufriendo un sol mata cabras, de esos que engañan, que de bueno, ¡nada!... La cazadora hasta el cuello abrochada...cuando al doblar la esquina (y dejarla perfectamente plegada), me he encontrado con un cliente que acababa de venir del pueblo.

Os ahorraré toda la conversación y diciéndoos que he conseguido salir de su portal después de dos maniobras marcha atrás y tres simulacros de incendio. Eso sí, con dos quesos, tres kilos de membrillos y unas supuestas inmejorables galletas caseras. ¡La pera!

He descargado. Y después de acelerar el paso y hacer la mejor marca del año en esos primeros doscientos metros, he pinchado.
La causa del impresionante frenazo han sido unos aburridos clientes que esperaban pacientemente a un autobús inexistente.

¡Casi había conseguido llegar hasta el mercado!

Me han obsequiado con su compañía durante... si un rato son veinte minutos... échale, tres ratos y cuarto, ¡y un frasco de miel!, que no sé si estará bueno, pero pesar... ¡pesa un rato!.

Trabajar: poco y mal, pero prepararme para las olimpiadas... eso lo he hecho genial.

TIEMPO MUERTO. En el baloncesto urden tácticas, descansan y suben la mirada hacia un marcador impertérrito.

En mi oficina, en esos lapsos de tiempo, miramos por la ventana esperando que ese potencial cliente nos saque del papeleo.

Tiempo muerto.

Me duele algo dentro cuando se expresan diciendo: “Vamos a... así matamos el tiempo”

Otro tiempo sirve como excusa para superar ese tiempo que pasamos en el ascensor con ese vecino huidizo y simplón.

Pero el TIEMPO hay que disfrutarlo, sacarle el máximo provecho, para que esa frase que diremos a su tiempo: ¡Cómo pasa el tiempo! Esté llena de recuerdos.

3...2...1...TiME!!!

CUERPO! Gracias a un sinfín de músculos y nervios, los ojos no se me han salido de las órbitas al ver a esos nadadores de perfil, de espaldas y de cara. ¡Qué diseño, qué agarré, qué belleza!

¡Qué simposio de adrenalina y endorfinas!

Una no está acostumbrada ante tal manifestación de la divinidad humana. Tendrán sus peros y sus pros, pero ¡Qué PROSPEROS son!

Horas sumergidos en agua. Paladas y brazadas. Constancia. Esfuerzo... ¿Dónde habré puesto mi carta a los Reyes Magos? ¡Yo quiero uno de esos!

Tiene sus ventajas el no tener chimenea, y sí una gran puerta. No me cuesta nada imaginar a mi regalo de principio de año, atascado y no precisamente por el lazo.

Qué me lo dejen en la puerta, y que no se preocupen por las instrucciones de uso, que las lleva puestas. ¡Qué lujo!

Un Picasso... un Kandisky... un Cellini...quizá se adjudiquen por más, pero no sé que me da, que la tasación de esa divinidad, supera con creces cualquier subasta real.

Lo tengo muy claro: Yo quiero invertir en ese ARTE moderno.