MVCUC, ALGO MÁS QUE UN FLAT. Frente al Electric Ballroom, me viene a la cabeza una noche loca de hace muchos años, cuando nos aventuramos, guiados por Neoman, en su siniestra noche punk-gótica-industrial. Sigue celebrándose todos los viernes, pero mis huesos no dan para tanto.
He vuelto a entrar, cierto, pero siempre en domingo, cuando alquilan el local a los vendedores del mercadillo. El olor matutino dominical que desprende la sala es curioso: entre copa derramada y trenka añeja.
El asalto a la vieja discoteca, en peligro, ya que van a ampliar la estación de metro de Camden y en los planos no aparece The Electric Ballroom (donde surgió -casi- todo a nivel musical y ahora motivo de manifiesto contra el cierre firmado por -casi- todos), el asalto a la disco, digo, remata en intentona cuando suena el ring.
Es el editor de Bestiario.com, que me espeta:
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¡Mi vida como un chino ha salido en El País!
¿Aló?, ¿cómo?, ¿qué país?, pienso.
-
¡En El País, joder!.
A mí se me corta la digestión. Fijo. No sin mi brownie.
De chocolate.
Manuel me comenta que también ha visto otra cita, durante una de sus inmersiones enredadas, en la apertura de Cultura de
La Voz de Galicia. Y me recuerda el comentario de Maqroll en esta sinobitácora, donde alude a la reseña de
White Smurf, que se suma a la posteriormente aparecida en la revista para hombres
Neomanzine.
Leamos:
- “Mi vida como un chino narra
la exótica vida de Matías Bruñulf, un gallego que vive en Londres en un apartamento habitado por cinco chinos”.
Cyberpaís, 27-1-2005.
- “El hecho de poder comunicarse desde cualquier lugar del planeta con conexión a la Red también propicia la aparición de bitácoras que podrían encuadrarse dentro de la literatura de viajes”, como “Mi vida como un chino,
las tribulaciones de un gallego que cuenta cómo es compartir un piso en Londres con emigrantes chinos”.
Xesús Fraga,
La Voz de Galicia, 24-1-2005.
- “Llamado a la salvación literaria de esta galaxia, la prosa surrealista de Matías Bruñulf, certera como Luke Skywalker a los mandos de un X-Wing, haría enrojecer de envidia a Millás y compañía. Ya puestos,
para sí quisiera Paul Auster esa airosa acidez de estómago que acecha en las esquinas de su caligrafía digital, esa psique que se derrama sin piedad por las pantallas de ordenador y las tascas populares a partes iguales.
Pues te jodes, Paul”.
J.R. Peña,
White Smurf.
- “Extrapolemos, quitemos las vendas de los ojos, reconozcamos que
Chinaflat es en microcosmos lo que el mundo es en macrocosmos. Es la visión Pecera del Océano que se nos viene. Es una premonición".
“(...)
no perder de vista a Matías Bruñulf: es obvio que sabe mucho más que las líneas que nos suelta cada semana, así que señoras y señores, tomando nota y abriendo los paraguas, que la lluvia viene fina”.
Magno D’Artenstein,
Neomanzine.
Pena de brownie.
En fin.