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EN EL METRO. Un sacerdote entra en el vagón con un libro a medio abrir. Cuando ve en el fondo del pasillo a un peruano tocando la guitarra, sale y se mete en el de al lado.

Publicado el jueves, 11 de mayo de 2006, a las 11 horas y 13 minutos

MADRID, ESCRIBE. Cuando nos encargaron desarrollar el proyecto Madrid escribe, un relato colectivo de siete capítulos abierto a la participación de los internautas, pensábamos que mucha gente enviaría textos: nos gustó mucho el primer capítulo del relato, obra de Lorenzo Silva. Después de varias semanas, nos hemos llevado una pequeña decepción, porque están llegando pocos relatos. Sin embargo, la mayoría de lo que han participado nos han gustado. Os animo a participar. Como premio, ofrecen lotes de libros.

Publicado el martes, 9 de mayo de 2006, a las 17 horas y 54 minutos

HISTORIAS VOLUNTARIAS. Alrededor de cien millones de voluntarios conmemoran hoy el Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, escoltados por los cerca de 300 millones de personas que se han beneficiado de su labor, en 183 países. Y Burgos se ha convertido en el epicentro del festejo. Los principales dirigentes de la organización celebran esta fecha en el Teatro Principal, en un acto que presiden los Reyes.

Como el lema de este año es «Voluntarios, la Fuerza de la Humanidad», merece la pena recordar algunas de sus historias. Todas éstas figuran en su página web, www.cruzroja.es, en el área de voluntarios:

Joseba Guenaga, patrón de pesca jubilado de Huelva, cuenta que rescató a cinco tripulantes de un velero. Luis Cebrián, valenciano de 68 años, comenta que una anciana a la que había atendido dijo a sus vecinas: «Estos voluntarios no son personas, son ángeles». Elsa Álvarez, cántabra de 26 años, explica: «Lo que se enseña en Cruz Roja no cae en saco roto». Ander L. Abechuco, vitoriano de 27 años, revela: «La mirada de las personas agradecidas es un recuerdo imborrable». Mohammed, valenciano de adopción de 26 años, quiere devolver lo que obtuvo: «Estoy en Cruz Roja porque en la organización me ayudaron como inmigrante la primera vez que vine a España». Mercedes, almeriense de 27 años, admite: «En Cruz Roja me he sentido querida, me he enamorado y desenamorado, he convivido y me he llevado momentos de alegría y también de pena». Sagrario García, toledana de 71 años, reconoce: «Ser voluntaria me ha cambiado la vida completamente. Se aprende mucho de los demás».

Teresa Barredo, burgalesa de 54 años, confiesa: «Tengo muchos buenos recuerdos de Cruz Roja: estar con mis ancianos, los cursos de formación, estar con mis compañeros... pero el más importante es que recibo mucho más de lo que doy».

Historias comunes, héroes cotidianos.

Publicado el lunes, 8 de mayo de 2006, a las 10 horas y 31 minutos

TELETRABAJO. Te acostumbras sin querer. Casi sin pensarlo. Un domingo por la tarde empleas un par de horas para sacar adelante un trabajo que te cuesta el doble un lunes cualquiera, repleto de llamadas y correos. Otro día vuelves al ordenador después de cenar, y compruebas que tambien entonces aprovechas mejor el tiempo, aunque estés más cansado. Te acostumbras a currar durante los fines de semana y por las noches, pero no dejas de estar frente a la pantalla durante el horario habitual. Y así, un par de meses después, tu vida y tu trabajo se han fundido definitivamente: todos los días y todas las horas parecen laborables: todos los días y todas sus horas son laborables.

Piensan que eres un adicto al ordenador, o al trabajo. Algún enterado te llama workalcoholic. Te da igual. Vuelves al tajo, casi tan satisfecho como el primer día, sin vacaciones pagadas ni días moscosos ni bajas por enfermedad ni pagas extras, pero libre, muy libre, independiente, trabajando en casa, en zapatillas y en pijama, como te da la gana. Los esclavos nunca han vivido tan bien.

Publicado el jueves, 4 de mayo de 2006, a las 11 horas y 10 minutos

A LA MANO. ¿Cuántas manos habrá estrechado don Felipe de Borbón? Como aún no nos han implantado un chip marcamanos para contar apretones, especulemos sin malicia: ¿varias decenas de miles, o ya cientos de miles? Y, si durante las próximas décadas esta monarquía parlamentaria no se divide en chiringuitos de taifas, ¿cuántas apretará durante el resto de su vida? Quizá varios millones, ¿no?

El jueves pasado, cuando él y doña Letizia vinieron a Burgos, dicen que estrecharon alrededor de mil mientras presidieron la inauguración de la nueva sede de Promecal. Además de este periódico, visitaron la Catedral, y allí saludaron, supongo, a centenares de personas, entre religiosos y autoridades que los acompañaron en el interior y burgaleses y turistas que los vitorearon en el exterior… Y ese mismo día fueron a Pamplona por la tarde, para ver la exposición sobre Sancho el Mayor, y también allá tuvieron que estrechar más manos en unas pocas horas que cualquier ciudadano normal (los políticos no figuran en esta categoría) en un año: cuentan los periódicos navarros que en menos de dos horas saludaron a más de 500 personas.

Durante esa jornada, el Príncipe de Asturias quizá sumó dos mil manos más. Tantas como su princesa, que desde hace un par de años lleva más o menos su ritmo, pero que nunca podrá competir con él: nuestro futuro rey lleva estrechando manos casi desde que aprendió a andar (y pronunciando discursos, y escuchándolos, algo que debe de ser peor, y acudiendo a un acto tras otro, siempre atento, y soportando que sin cesar le contemplen, le escruten y le jaleen). En esta Fiesta del Trabajo, debemos reconocer que ser heredero al trono no es un chollo: ¿saben de alguien que haya comenzado a currar antes que él? Encima, si conserva la salud, quién sabe si no abdicará con ochenta años. Y seguro que incluso entonces continuará ofreciéndonos su mano.

Publicado el lunes, 1 de mayo de 2006, a las 11 horas y 06 minutos

FURBO. Sigo el Barça-Milan con la tele puesta (deseando que los dos pierdan, no quiero que los italianos se acerquen a las nueve del Madrid, y como buen madridista no me mola que los azulgranas ganen ni a las canicas), mirando de vez en cuando la pantalla, escuchando una radio por Internet y leyendo los comentarios de Segurola en elpais.es, mientras termino un curro pendiente. Me sobra todo. Me falta un bar, y una cerveza, y unos cuantos colegas... Ver un partido solo, así, no me parece deprimente. Aunque no me divierte.

Publicado el miércoles, 26 de abril de 2006, a las 21 horas y 03 minutos

DESTRONADOS. Sin querer queriendo, como diría el Chavo del Ocho, el otro día escuché este diálogo entre un niño de ocho o nueve años y su madre, en una playa cantábrica:

–¿En este pueblo hay rey?
–No, en los pueblos sólo hay alcaldes, no hay reyes.
–¿Y por qué?
–Porque los reyes sólo reinan en los países.
–¿Y por qué?
–Porque sí. En España hay rey. Está Juan Carlos. Y también en Inglaterra. Allí tienen una reina. Pero en Euskal Herria no hay rey. Nosotros no tenemos.
–¿Y por qué no tenemos?
–Porque nosotros somos el único país que nunca ha tenido reyes. Aquí tenemos lehendakari.

En Pamplona (capital según cualquier euskaldún de uno de los siete territorios históricos vascos) viví varios años en la calle Íñigo Arista (781-852), fundador de la primera dinastía asentada en la ciudad; estaba muy cerca de la avenida Sancho el Fuerte (1194-1234), el soberano que cambió el escudo del Reino de Navarra después de su gesta en Las Navas de Tolosa; tampoco quedaban lejos las calles Sancho Ramírez, Sancho el Mayor, Sancho el Sabio, Alfonso el Batallador y Pedro I, por no citar Borbones o Austrias.

Entré en el callejero internetero de las Páginas Amarillas en busca de calles regias. Además de otras vías, en San Sebastián encontré la Avenida Karlos I, la calle Alfontso VIII y la Plaza Alfontso XIII. En Vitoria, la avenida Juan Carlos I, la plaza Emperador Carlos y las calles Reyes de Navarra y Alfonso XI. Y en Bilbao, sólo la calle Reyes Católicos. Se me ocurrió teclear sabio, a ver si aparecía en la capital vizcaína Sancho el Sabio, ya que también estaba en la guipuzcoana y la alavesa, o, por qué no, Alfonso X, el de las Siete Partidas. Pero, misterios de la informática, el buscador añadió por su cuenta una «ene» a sabio y ¡me topé con la avenida Sabino Arana!

Publicado el lunes, 24 de abril de 2006, a las 11 horas y 15 minutos

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Ilustración de Toño Benavides
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